Esta semana, que he estado desconectada de casi todo, mi adolescencia ha reaparecido en forma de mails. Me ha escrito I., su marido ha decidido no hacerse viejo, durmiendo junto a una joven doncella; todos (también él) sabemos que no lo conseguirá, pero de momento I. está derrotada y, necesitada de apoyo, ha recurrido a las viejas amigas de la infancia. No le fallaremos.
El batallón de refuerzo lo formamos C. y yo, que por supuesto, hemos estado confabulando sobre cómo hacerlo, y en estas, hemos desenterrado nuestro propio pasado y aquella complicidad del primer cigarro en la puerta de su casa, antes de salir hacia la escuela.
Ha sido una bonita semana, de vivir hacia atrás y fijarme, no en lo que perdí, sino en lo que siempre tendré.
(1) La cita de L. Carroll aparece en el libro “Así vuela el cuervo” de Ann-Marie MacDonald que, además de hacerme disfrutar estos días con su lectura, ha conseguido que me anime más en el empeño de leer los libros de Alicia. Ya tengo un ejemplar en casa, editado por Cátedra y con comentarios basados en la “Alicia anotada” de Gardner, que yo quería leer inicialmente. ¿Por qué es tan difícil conseguir determinados libros en este país?
Precioso post, Francesca.
Qué necesarias las amigas, y que mal momento le toca pasar a I.
Mis saludos, simpatía y reconocimiento al batallón de refuerzo, esas amigas sin las que la vida sería peor.
Tendréis que irle recordando a I. que, al final, se sale, que únicamente hay que seguir caminando, tal como recuerda mi pasaje preferido de Alicia, el de la conversación con el gato de Chesire:
«-¿Me podrías indicar, por favor, hacia donde tengo que ir desde aquí?
-Eso depende de a donde quieras llegar -contestó el Gato.
-A mí no me importa demasiado a dónde -empezó a explicar Alicia.
-En ese caso da igual hacia dónde vayas -interrumpió el Gato.
– siempre que llegue a alguna parte -terminó Alicia.
-¡Oh! Siempre llegarás a alguna parte -dijo el Gato-, si caminas lo bastante.»
Un post molt maco, Francesca.
Com molt bé diu l'arati, cal que li insistiu en que se'n sortirà, però que el temps és indeterminat.
Sort d'aquelles amigues d'infantesa i joventut, oi?
Àmins per ella i per vosaltres, que us ve feina.
Gracias Arati, gràcies Rita. Es curioso como las primeras amistades imprimen carácter en las personas… tantos años sin saber y de repente, todas a una.
I. saldrá de esta, como tantas otras antes que ella… y yo intuyo que más madura, más fuerte y más feliz 🙂