convivir.
(Del lat. convivĕre).
1. intr. Vivir en compañía de otro u otros.
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Recuerdo lo que me sorprendía que mi hijo, al empezar a colaborar en casa poniendo la mesa los días festivos, utilizase platos y copas diferentes, cuando le hubiese sido mucho más fácil cogerlos de la misma vajilla, al estar apilados juntos. Nunca le llamé la atención, esperaba que él mismo corrigiese su actitud, al vernos a los demás hacerlo correctamente. Pero el tiempo pasaba y su manera de proceder no cambiaba, de manera que observé y reflexioné.
Tengo cierta obsesión por separar lo que son las leyes biológicas de las normas artificiales que nos hemos impuesto como sociedad. Esto no significa que piense que estas últimas sean inútiles o que las primeras sean maravillosas… Sencillamente me gusta distinguirlas y no sacralizar lo que en su origen fueron acuerdos, producto de un pacto que, tal vez (sólo tal vez), ya no sea necesario mantener.
La uniformidad que con tanto ahínco perseguimos los seres humanos, es una exigencia social probablemente enraizada en nuestro afán de estabilidad, en ese creer que todo puede desmoronarse ante una nota discordante… ante una persona diferente… ante una idea transgresora.
Probablemente haya quien piense que fui una madre descuidada. Todavía hoy, la mesa parece un mercadillo callejero cuando es él quien la pone, pero la realidad es que J. nunca se ha asustado ante aquello o aquellos que no se parecían a las cosas que le rodeaban habitualmente o a las personas que poblaban su entorno cotidiano. Y esa ausencia de miedo ante lo diferente, probablemente le haya protegido contra la intolerancia y le haya permitido convivir con algunas personas que se asemejan a esas piezas que no acaban de encajar del todo, pero que son necesarias para hacernos más fácil este oficio (¡a veces tan duro!) de vivir.
www.elclubdelosdomingos.com
Creo que tenemos que tener un taller de rubias, que estás tú pensando mucho.
Nada tiene que ver con uniformidades ni adiferencias. Es que no le gustan las cosas iguales. Servidora jamás ha tenido un juego de sábanas entero. Si me he comprado un trajecín es porque las cosas por separado molaban. Mi menaje es todo restos. No tengo paredes del mismo color.
Pero eso no hace que no me de miedo lo diferente! Una cosa es el gusto estético y lo otro, la vida.
Amos digo.
Voy con mi purparlé a otro sitio… =P
(vaig llegir el teu post diumenge, però no vaig poder comentar. Em sap molt greu. Una abraçada, com diu Pat de Andrés, mínim de 6 segons, que és la durada que necessitam els homínids perque ens serveixin d'alguna cosa les abraçades)
@tonapou. Tona, mira que te lo he dicho veces, soy rubia de bote y nunca alcanzaré los niveles de sabiduría de una rubia natural como tú.
¿Me estás diciendo que el niño es de gustos raros y punto? y lo de que tiene amigos de todos los colores y condición ¿qué? ¿no tiene nada que ver con lo de los vasos?… ¡pues me dejas ojiplática, chica!… ¡con lo contenta que estaba yo de lo bien que lo había educado!… le voy a decir a la peluquera que me haga más mechas, a ver si así…
(Recibo tu cálido abrazo de 6 segundos y me apunto lo de la duración, porque me parece que va a tener razón Pat… más cortos ni se notan. Gracias por estar ahí).
muy buen post,en el que se deja claro que las formas de vidas las escoges tu. y que con respeto se llega más lejos.
abrazos
Una reflexión para anotar, cada uno de vosotros me está aportando algo nuevo y así aprender aún más.
Gracias por estar en Convivencia.
Un abrazo muy agradecido.
Disfruto muchiiiiiisimo leyendo tus reflexiones.
Cuando era pequeña, en mi casa no había lo que se llama una vajilla, ni una cubertería, teníamos platos, vasos y cubiertos diferentes, cada uno «de su padre y de su madre», tampoco teníamos servilletas iguales, a mi me parecía normal jajajaja
Me crié entre hombres «barbudos» que hablaba de política, curas que vivian con señoras, y amas de casa con delantal que escondian propaganda subversiva y llevaban comida a la cárcel …. probablemente esto me ha influido …. me gustan, como a tu hijo, los seres «diferentes», incluso cuando no estoy de acuerdo con ellos en nada.
Y también me gusta Internet, adoro los traductores, me encanta que la gente se exprese en su idioma y los pueda entender, me parece el mejor invento jamás soñado.
Es que a mi los idiomas se me dan de pena.
@El blog del Forner. Gracias por pasarte por aquí, pienso, como tú, que con respeto se llega más lejos… mucho más lejos, y también más feliz, porque se va acompañado. Un abrazo.
@Senovilla. Gracias a ti, ha sido una buena iniciativa. He estado ocupada estos días, pero aprovecharé el fin de semana para pasearme por los blogs que se han sumado a Convivencia… seguro que aprendo un montón de cosas. Un abrazo!
@Juana. ¡Ya sabía yo que eras de las mías!… me encanta la infancia que relatas y comparto contigo el gusto por los seres «diferentes», ¡se aprende tanto de la gente que piensa distinto, cuando se está dispuesto a escuchar! Antes alguien ha hablado de respeto y creo que esa es la combinación perfecta: escuchar con respeto hacia las ideas del otro.. Gracias, como siempre, por pasarte por aquí, este club ya no sería el mismo sin ti!
Un abrazo!
(a mí también se me dan de pena los idiomas, hija, pero como gesticulo que es un primor, me entiende todo el mundo que da gusto, oyesh…)
Hola, de nou, Francesca!!! aquest post sí, que sí,… devem ser totes de la mateixa quinta!!! m’ha transportat als temps en que a la gran majoria de llars hi havia vaixelles poc uniformes… I encara ara, a casa meva tot i que intento buscar aquesta uniformitat i harmonia no la puc aconseguir, els gots d’ara són molt febles i es trenquen sovint, abans hi havia gots que eren molt forts i duraven. Qui no ha tingut a casa seva el típic got “nocillero”?
Doncs nosaltres, a casa, sigui per nostàlgia o per un sentit pràctic els continuem utilitzant, m’estimo més comprar aquest producte de xocolata i avellanes en envàs de vidre, a més de pràctic és ecològic ja que un cop consumit l’aliment el residu és reutilitzable 100%.
M’encanta llegir els comentaris, és per això que em venen ganes de participar…
PD: Els botons de la fotografia semblen sortits del meu cosidor J
Hola..
Hoy es un buen día para convivir, convivamos siempre.. Un abrazo de buen fin de semana
Distintos caminos para encontrarnos y convivir..sacarle jugo a la vida..con amor..y sentimientos nobles..en favor de causas comunes..
Saludos desde el sur
@Isabel Sala Casteràs. Hola! Reconec que a casa no erem (ni som) «nocilleros», però recordo els gots de casa dels que parles, de casa d'alguna amiga.
A mi m'agraden (sense histerismes) les taules ben paradetes i durant uns anys (ara afortunadamente no) hem fet tan pocs àpats a casa que poca cosa podíem trencar… és per això que l'actitud del meu fill m'estranyava, era més còmode parar-la amb coses iguals que diferents!!!
Però ara m'agrada i tot com ho fa, sembla més familiar, més íntim, lluny de la estética d'un restaurant…
Els botons em van encantar… i si, jo també els tinc al cosidor!
Gràcies per passar-te per aquí Isabel!!!
@Balovega. Me gusta ver por aquí a compañeros de aventura!… tenemos algo en común: hemos acudido a la llamada hecha en nombre de una bonita palabra, digna de reivindicar. Buen fin de semana Balovega! Un saludo!
@Prudencio Hernández Jr. Tu comentario es precioso, lo dice todo, hay muchas maneras de llegar si s tiene el objetivo claro: convivir. Ya lo he comentado antes, para mí la clave está en respetar y escuchar… no hay forma de no entenderse si se hace eso.
¡Un saludo, Prudencio!
Gestos como el respeto mutuo y la tolerancia son la base para una buena convivencia..
Puesto que soy imperfecto y necesito la tolerancia y la bondad de los demás, también he de tolerar los defectos del mundo hasta que pueda encontrar el secreto que me permita ponerles remedio ( Mahatma Gandhi ).
Un Besoteee
Sgroya
Un altre post teu per emmarcar, Franecsca. Que d'un fet que a molts els hagués provocat, únicament, un atac de mala llet, tu n'hagis estret un post com aquest… bravo. I bravo també per no posar-te histèrica i mirar de descobrir què es pot amagar darrera d'una copa que no casa amb el plat.
ps: título del libro? «La copa que no casaba con el plato». No em diguis que no podria ser… 😉
Hola,
a la meva filla no li agrada portar bata a la guarderia (a començat p2 aquest setembre), intueixo és una actitud anti-gregària, però són les normes de la guarderia i li fan posar ;(
M'agrada molt el que es publica en aquest bloc, enhorabona Francesca !
@Sgroya. ¡Qué bonita frase nos has dejado aquí! Y eso que yo me resisto un poco a hablar de «tolerancia», porque me parece que en realidad no tolero nada, o al menos no en mayor medida de lo que los demás me toleran a mí… pero dicho así, me gusta…
Un beso!
@Ferran. Ai Ferran, és que una és tafanera i vol saber perquè passen les coses que passen… sobretot quan la gent pensa o actua diferent, perquè sempre penso que alguna raó tindran per fer-ho i que, el més probable, és que sigui una raó d'alló més respectable.
M'agrada el títol que proposes… però és que tu ets periodista i els periodistes sabeu titular… això és trampa! 🙂
Una abraçada, maco!
@marcelodena. Sempre he pensat que una de les primeres coses que aprenen els nens a la guarderia és la relació que mantindran de grans amb l'autoritat… És bo que qüestioni les normes, què es pregunti el perquè les coses es fan així i no d'una altra manera… encara que li aconsellis que a vegades les normes s'han d'acceptar per raons de convivència, és bo que sàpiga que fa bé de no acceptar fer les coses «perquè si» (ara sembla que et doni un consell… i no, però és que jo ja tinc un fill gran i l'experiència em fa parlar com un aiaieta ;-D).
Gràcies per les teves paraules, Marcelo, m'agrada veure't per aquí!
Enhorabuena, una vez más disfrutando de tus letras. Si te soy sincero, no he entendido bien el problema porque en mi casa no hay dos muebles del mismo estilo ni color en la misma habitación y en mi vajilla y mi armario hay más biodiversidad que en la selva amazónica. Lo peor es que no me preocupa.
No me gustan las calles con chalés todos exactamente iguales y no me explico la obligación de poner los toldos todos del mismo color.
Tal vez por eso mis hijos, tienen amigos de todos los colores y sabores y aunque quisieran, no podrían poner una mesa uniforme. En mi casa no.
Ug
@Tío Eugenio. Vaya, vaya, otro como la Tona… to' adiferente!… Pues mira lo que te digo, después de leeros, estoy por separar las pilas y mezclar las vajillas, me parece que tenéis razón y voy a extender la diversidad a los objetos y no sólo a las personas… me vais a acabar viendo con zapatos de diferente color, ¡aviso! 🙂
¡Gracias por pasarte por aquí, Ug!
Unidos en la convivencia bloguera.
Saludos.
@María. La iniciativa ha sido, sin duda, un éxito. Gracias por pasarte por aquí. Un saludo.
Un placer poder pasar a leer este magnífico post Francesca y gracias por compartirlo con todos nosotros el gran elenco de convivencia.
Recibe un saludo de las dos Lisebes
@lisebe. Encantada de verte por aquí. Este post no es más que un granito de arena. Un abrazo.
Yo creo que la tolerancia hacia la no-uniformidad durante la etapa de la educación, ha contado en la formación de su personalidad y ha contribuido a hacer de tu hijo una persona mejor y mejor preparada para convivir en este mundo nuestro tan polícromo.
En cuanto a la cuestión de la cubertería, es un tema que siento cercano: en las ocasiones en que voy a comer a casa de mi madre, junto a mi plato habitan unos cubiertos diferentes del resto. Son los que me regalaron al recibir mi primera (y única) comunión, que todavía conserva.
Un abrazo!
@JoanKa. ¡Menos mal que tú me entiendes!… yo creo que hice bien y que de algo serviría, aunque sólo fuese como demostración de que su madre no se quedaba en la teoría en lo que al gusto por la diversidad se refiere.
Lo de los cubiertos de tu comunión… ¡tela!… aunque reconozco que yo he utilizado la taza de la mía hasta hace poco…tenía la medida justa para un buen té. Lo que pasa es que yo no soy como tu madre y me la acabé cargando… ains.
Oye, me gusta verte por aquí ¿te lo he dicho ya antes, verdad? 🙂