Hoy, a pesar del día de la semana, o tal vez por eso mismo (un lujo eso de vivirsin saber si es laborable o festivo), he madrugado. Me ha despertado una idea que venía insinuándoseme desde hacía ya demasiado y he sentido la urgente necesidad de ponerla por escrito y mandarla para revisión. Cosas del trabajo.
Antes me he parado a tomar un café, justo en el sofá que tengo instalado delante del televisor, y las manos se me han ido inconscientemente hacia el mando a distancia de la mesita y le he dado al botoncito verde que pone la “caja mágica” en marcha.
Casi a la vez, he pensado que, ya que estaba, podía buscar alguna de esas repeticiones de los noticiarios de la noche que, al menos antes, daban de madrugada… y me he llevado una sorpresa increíble. En Antena 3 y La sexta aparecían sendos jovencitos preguntando cosas absurdas a la gente e incitándoles a llamar, con el aliciente de ganar dinero aparentemente fácil, en Cuatro una joven que parecía pertenecer (y quizá pertenece, ¿por qué no?) a lo que antes se daba en llamar “buena familia” anunciaba consoladores de colorines y, aquí mi sorpresa, en Telecinco emitían un fantástico programa de música clásica que no me ha quedado claro si se llamaba “Fusión sonora” o “Nocturnos”… y que he buscado en la parrilla de la cadena, sin éxito, de lo que deduzco que les debe dar vergüenza tenerlo en su programación.
Dice la leyenda que lo que pasa de noche no cuenta, que la nocturnidad es un atenuante de las locuras y que en realidad lo importante ocurre siempre a la luz del día. Tal vez sea por eso que Telecinco esconde el “vergonzante” programa cultural en su parrilla de madrugada… hete aquí que, con tantos motivos para el sonrojo, el pudor les aparece cuando menos debe. ¡Ver para creer!
Y después de estos minutos de reflexión, servidora os deja por hoy, no está el día para más trabajo, toca familia y un poco de relajación; y es que, aunque sea un lujo no saberlo, ocurre a menudo que me sobrevengan crisis de humildad, y en mi afán de ser como el resto de los mortales, me aferre a la idea de que el domingo es un día festivo y ¡vive Dios!, no está hecho para trabajar
¡Hasta la vista, socios!
www.elclubdelosdomingos.com