Esta es la descripción del inesperado beso que, con un casi desconocido, comparte, en un puente lleno de simbolismo, la protagonista de uno de los relatos del libro que he leído, absolutamente embelesada, estos días.
Si alguien sabe de un beso mejor contado, por favor, que me lo diga… que no me lo vais a decir, porque no existe… ¿a qué no?… 😉
El libro, que como dije en otro post, me recomendó E. (gracias mil), consiste en historias de amor intensas y en su mayoría breves, donde en ocasiones todo se reduce a una nota, una mirada, un roce, un encuentro apasionado o, como en este caso, a un beso, que cambian toda una vida… o se convierten en el recuerdo que la alimenta.
A mí me ha parecido casi real, creíble… excepto porque en estas historias se da la circunstancia (¿mágica?), de que ambos protagonistas saben desde el primer momento, que están destinados a entrecruzarse; ninguno se equivoca: la nota, la mirada, el roce, el encuentro, el beso… siempre son correspondidos con la misma intensidad y con la misma seguridad de la fugacidad de la vivencia, nadie busca el amor eterno, ambos pretenden y encuentran la esencia del amor, el concentrado de sexo en la expresión justa y necesaria a cada circunstancia.
Pero era justamente esa reciprocidad de la que hablaba antes, la que me recordaba, mientras leía el libro, que no eran historias reales, ¡es tan difícil que dos seres conciban las emociones de igual manera!… y más lo es todavía, que al cruzarse, se fijen el uno en el otro y decidan conscientemente dar y aceptar el regalo del deseo ajeno. La cotidianeidad no tiene cabida aquí… ni la cobardía.
Lo extraño es que, lo que más me ha sorprendido de Munro no son sus mujeres, magníficamente construidas, sino sus hombres. Ellas son reales, adultas, complicadas, rotundas… pero ellos tienen la capacidad de reconocerlas y el valor de abordarlas. Los hombres de “Odio, amistad, noviazgo, amor, matrimonio” saben ver lo que importa, y no temen acercarse y arriesgar esa caricia que ellas esperan y devuelven con creces. Y, cuando aman, como Grant, ese mujeriego de «Ver las orejas al lobo», lo hacen de una forma inmensa, que poc@s entenderán, pero que a mí me sobrecoge.
Ha sido esta una lectura de atardeceres en la terraza, de luz tenue y bebidas refrescantes; las historias han precedido al reposo nocturno y han preludiado ensoñaciones. Y, aún sabiendo que era ficción, yo leía y pensaba (un beso…), leía y sentía (un beso…), leía y soñaba (un beso…). Un beso… y un apartarse satisfechos.
¡Feliz domingo, socios!
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Llevo ya unos días con acúfenos en el oído izquierdo, es decir, que yo, que adoro el silencio, transporto mi propio ruido interior allá donde voy… y, lo que es peor, leer se me hace difícil, porque a veces la única calma la encuentro en otro sonido que oculte el que yo misma produzco… Tampoco dormir es fácil, así que hoy he decidido pasarme el día en la piscina, semidesierta en agosto, oyendo de fondo los pocos coches que circulen por la carretera, leyendo lo que pueda y recuperando el sueño que no disfruto por las noches… Al final va a ser el oído el que me obligue a descansar del trabajo, que es una de las pocas cosas que no me cansa…
Esto me recuerda aquello de: 'es tocar el cielo, poner el dedo sobre un cuerpo humano…'. Lo malo es que he ol vidado de qué escritor era la cita, ea.Salu2.0
té molt bona pinta… el petó… d'això, el llibre vull dir…
(bé, totes dues coses… 🙂
i dius que no són reals aquests homes?
vaja…
(vinc saltant des d'altres blogs i m'inicio en el teu amb aquest escrit… bon començamnet!
(t'enllaço… veig que coincidim a la 1TBfC! serà un plaer conèixer-te)
Ay, los besos… que leves y que importantes son. Un beso bien dado se puede hacer un lugar inmenso en la memoria… o en la imaginación.
Para los acúfenos, según dicen, van bien las posturas invertidas de yoga: arriba esas piernas!
Ai, queridita mía, no, esas cosas son reales.
Me pasó con un abrazo: Señora conoce a señor. Se caen bien. Quedan a comer. Hablan se ríen se cuentan. Se tienen que ir. Bueno adios, ya nos vemos. Beso en la mejilla y abrazo honesto. Señor que se entrega completamente en ese abrazo. No sé el tiempo que pasó. Sé que era en plena Plaça Catalunya y se paró el mundo. Sé que en ese momento ese señor confió y puso su vida en mis manos.
Y así sigue
=)
De los acúfenos. Vaya putada, oyes. Pero ánimo. Las posturas invertidas irán bien, pero hacer pasteles para los amigos, capaz que mejor… =D
A veces la Vida se detiene, es como si de repente el reloj se parase, se abriese un paréntesis y, allí estamos …. no hay nada ni nadie, solo tu y yo …. y después todo sigue, como siempre, pero algo ha pasado …. no se muy bien que.
@Gerineldo. Los médicos sabéis mucho de eso… y no estoy de broma, hay algo mágico y divino en es cualidad de curación que se os atribuye, y al fin y al cabo, un beso es medicina para el alma… ¿o no? 🙂
@Mar. Benvinguda! Quedem «enllaçades» i esperant trobar-nos a Berlín. Ja saps el que diuen… «els amics dels meus amics són els meus amics»… ens llegim!!
@Arati. A ti, «en pareciendo» una croqueta, no te han de faltar besos… No conozco a ningún hombre (pero ni uno, oyeshsss) que no se pierda por una croquetilla tostada y crujiente… XD XD… Lo de ponerme cabeza abajo me lo estoy pensando…
@Tona. Hoy estás insoportable, que lo sepas. Primero con lo de comer y no engordar (que además me lo creo, que te he visto) y después con lo de que se te pare el mundo con un abrazo (y encima, imprevisto) en medio de la Plaza Catalunya. Que sepas que así vas a hacer pocas amigas… ¡qué rabia das, hija! XD XD
@Juana. No lo dudes ni un momento, lee este libro, que me da que está escrito para ti (y para mí, ¡eh!), ay, esos gestos que hacen que todo continúe igual y a la vez, todo sea diferente… !!!
Doncs te n'has sortit més que bé, amb nota! 🙂
Realment, és la millor descripció -i la més delicada- que he llegit mai d'un petó.
Com et pots imaginar, aquest me'l llegeixo amb tota seguretat. Ja t'explicaré!
Petons!
no es por porculear, pero se le paró a él! Yo sólo aguantaba que no se cayera!
Dicho esto, me las piro, que me entra la nostalgia… Ains…
@Rita. T'encantarà el llibre!!! Totes les històries són maques, però a mi, la primera i la darrera em semblen meravelloses… i a les dones les entenc, no com amb altres escriptores, que sembla que no s'atreveixin a dir el que sentim de veritat (jo és que sóc molt de dir el que penso… massa i tot XD).
@Tona. Pues si no es por porculear, ¿por qué es, eh, por qué? XD XD XD… y ahora vas y dices que te entra la nostalgia… ¡pero si a ti no se te paró na'!… hija, yo no te entiendo… no, si cuando digo que esto está mal repartido… 🙂
A mí también, cohóneh, pero empezó él…
XD
@Tona. Vale, vale, entendido… él paró el mundo pa' ti sola… ¡olé!… y encima era justo el hombre que querías que lo parase… bien, me alegro oyesh… pero ahora das más envidia que antes, que lo sepas… lo estás empeorando por momentos XD XD XD
jo també me l'apunto. pel que dius té molt bona pinta 🙂
i com la mar, avui m'estreno al teu blog, i també espero veure't a berlin!
@Kika. Benvinguda! el llibre és molt maco, estic segura que us agradarà.
T'he passat a veure i casa teva també pinta molt bé. Ens llegirem i ens veurem a Berlín… en Ferran és un bon dinamitzador d'amistats en xarxa 🙂
Una abraçada i a reveure!
Hace un par de días que vi en TV un reportaje sobre los acúfenos. Tiene tratamiento, no es agresivo y es bastante sencillo, siguiendo unas pautas. Vete al médico, no estés sufriendo.
Un beso:
JLP
@JLP. Gracias por tu interés José Luis. El problema es que fui al médico, hago lo que me dijo y sigo oyendo voces de ultratumba (ya no es sólo el pitido machacón… es que todo me retumba). Mis «contactos» sanitarios están de vacaciones y el suplente que había en agosto, por lo que se ve, no se había estudiado esa lección… en fin, voy a esperar un poco más, a ver si la medicación acaba funcionando y mientras tanto regresa un ORL amigo.
¡Tener a la filarmónica de Londres todo el santo día metida dentro es agotador!
Un beso