Por fin parece que llega el otoño, que como ya os he dicho otras veces, es mi estación preferida. En Barcelona no tiene mérito, la amenaza del invierno no se siente como tal y, a cambio, se disfruta del ocre de los árboles y el frescor de las terrazas.
Hoy no tenía un tema especial para escribir, de hecho no pensaba hacerlo e incluso he fantaseado con llamar a este espacio “El club de algunos domingos”, ahora que hace ya tiempo que dejó de tener sentido la trampa que urdí con la excusa del nombre.
Pero ya veis, al final, aquí estoy, aunque sólo sea para lamentarme de que me esté costando tanto leer “Las bostonianas” de Henry James, escritor que no hace tanto me tenía fascinada y que ahora, a pesar de gustarme, se me hace previsible. Tal vez sea sólo que esta no es su mejor novela, o quizá no es mi mejor momento para leerla. Por las noches leo un ratito la “Migraña” de Sacks que me regaló Arati, pero aquí la lentitud es voluntaria, quiero saborear el libro, que además parece que pide ser leído “de a poquitos”, que diría P.
También me apetece recomendaos una película, que fui a ver porque el Boliche cerró sin previo aviso y nos encontramos Teresa y yo plantadas delante del cine. Decidimos bajar al Alexandra a ver si ponían algo interesante y nos topamos con “Gordos”. Nos encantó a las dos. Contra todo pronóstico no va del exceso de calorías, sino del exceso de soledad… específicamente del de soledad en compañía, que es la peor de todas. Esto pasó el lunes y un par de días después me enteré de que tal vez compita en los premios Oscar; a pesar de que me encantó la peli de Coixet, preferiría que finalmente nos representase “Gordos”, porque sí, ¡porque reclama la vida real frente al puro attrezzo que a veces la sociedad demanda!
Y el jueves estuve en Balaguer, con otra de mis charlas evangelizadoras sobre sanidad 2.0. Me escuchan atentamente, pero algunos pensarán que estoy chalada… el problema es que no sé cuál es el porcentaje. No por nada, por saber si la tendencia es a subir o a bajar, según se suceden los bolos EndoBloggeros 😉 Pero no me quejo, parece que no practican el absentismo presencial (como lo llama Yoriento) y los que están, están por la labor; si a eso le añadimos lo poco propicio que es el entorno sanitario para las reuniones sincrónicas, agradezco profundamente el mero hecho de que la gente asista.
Ahora toca tazón de Earl Grey de Sans & Sans y buscar alguna película en la tele (extraño medio en el que la competencia no ha ayudado lo más mínimo a aumentar la calidad… cada vez la veo menos, pero en tardes como hoy se agradecería que emitiesen algo digno)… y, si finalmente no lo encuentro, insistiré con “Las bostonianas”… o buscaré entre los libros de Agatha Christie que tengo leí cuando era niña y todavía conservo, alguno del que no recuerde el final.
Hasta la vista socios.
«Gordos»! Jo només n'havia sentit el nom -crec, però potser ni això- i ahir en vaig veure un trailer, abans de «Cliente»; em va cridar molt l'atenció, em va semblar que podia estar bé, i amb l'amic amb qui estava ho vem decidir: «serà la pròxima»!
Feliç entrada a la tardor, Francesca.
Francesca…y eso que no tenías mucho que contar…Ya he tomado muy buena nota de la peli, y de el libro sobre la migrañas ( Soy del Club y estoy en estos momentos con ellas). Curiosamente también me lo recomendó Arati así como «el hombre que confundía a su mujer con un sombrero ( Creo que este es el título), del mismo autor.
Lo de la evangelización, te entiendo!! Hay que montar un Club…
Gracias de nuevo por tus y me paso a tu otra casa leer un poco sobre Sanidad 2.0.
1 abrazo