Hoy me he levantado mejor del resfriado que cogí al volver de Ibiza y de los picores alérgicos que me traje de allí (una no soporta el sol –o el sol no la soporta a una- y, a pesar de la sombrilla, tengo pelada la nariz… que curiosamente es de los pocos sitios que no me pica). Me siento incluso energética y no lo digo porque esté tomándome uno de esos tés para pijos, como los define Chris, (aunque lo estoy haciendo 😀)… o también, pero no sólo por ello… me siento energética porque por fin me creo que estamos en otoño y dejaré de arrastrarme desfallecida por el calor húmedo de Barcelona, y sacaré la gabardina y las botas… y soñaré con que me parezco a Lauren Bacall, (aunque el que llevaba la gabardina era Humphrey, yo siempre la he asociado con ella… que igual por casa se la ponía “déjame la gabardina Humph, que me voy a dar una vuelta por el saloncito”… ¡fíjate tú qué asociación de ideas más tonta… tanto estudiar para esto!).
El caso es que refrescará y podré por fin pasear por la ciudad sin buscar una sombra desesperadamente… y habrán días nublados de esos en los que me gusta leer novela negra o ver películas que ya he visto antes (así me aseguro el que me gusten).
Me emociona pensar que pronto comeré castañas (crudas… una es rarita) y empezaré la ronda de reuniones gastronómico-tertulianas con los amigos… y lloverá… Vale, ya lo sé, el tiempo pasa muy deprisa, después llegará la Navidad y me pondré de mal humor, con tanta fraternidad y tanto villancico junto, pero mientras tanto… ¡que me quiten lo bailao!
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Ay, Francesca, como te entiendo.
Me gusta el verano con su esplendor y el sol sobre la piel, el mar, el tiempo lento… pero el calor me embobece y me paraliza.
Nada peor que el ritmo de vida «normal» con estas temperaturas, que no tocan, que no se corresponden.
Deseando estoy que llegue el otoño de una vez, con sus lluvias y ese confortable tomar tés calientes, recogerse dentro de un chal, volver a ponerse los calcetines.
Luego, en marzo ya estaremos deseando de nuevo la calidez y la luz, pero ahora…
Refrescará? De verdad? Lo espero «con candeletas» (hehe… segur que hi ha una versió correcta en castellà, però no em ve al cap).
A disfrutar del otoño! (y del té para pijos, que seguro que también me gusta)
I a mi que no m'agrada la tardor…
Pero ho expliques tan bé que de moment em faré un té. A veure si contribueixo a la seva arribada… 😛
Arati, no me engañas, a tí te gusta el otoño (como a mí) porque se lee mejor acurrucada bajo una mantita en el sofá, que sudando copiosamente.
Ferran, no se me ocurre algo similar a la expresión «amb candeletes»… pero lo pensaré. El té pijo te encantaría, es de Sans & Sans, de momento el mejor que he comprado en Barcelona (Earl Grey o desteinado de canela, según la hora).
Rita, que alegría volver a verte por aquí… si es que no tenemos tiempo y hay mucho blog amigo por visitar… a mí me pasa igual, te leo, pero no siempre comento.
Besos a los tres!
Ai, Paquita, jo també tinc ganes de que arribi la fresca ja, i que plogui una miqueta i així posar-me les botes d'aigua, i poder caminar sense preocupar-me de si hi ha tolls o no. Petits plaers de la vida!
Francesca: doncs jo sóc de les que odia aquest temps en què ens comença a envair la foscor, els dies s'escurcen i la fresqueta d'ara és fred de debò d'aquí a no res. Visca l'estiu! La meva estació predilecta, ja ho sabeu, és la primavera 🙂
Francesca, maja! No sé si tendremos vidas paralelas o hemos coincidido en alguna reencarnación pasada…, pero es que comparto tan bien! y tanto!!! tus pensamientos…
A mí me gusta el otoño,,, y estoy deseando ponerme mis botas y llegar a casa, al calorcito…leer, tomarte un cafecín 8 no me gusta el té, ahí no, no coincidimos…9 y cuando llega la navidad, a veces prefiero decirme a mi misma, «tierra trágame», no tengo mucho espíritu navideño..
en fín, que tu e vas a Ibiza y yo a Menorca y que coincidiremos pronto…
Besos
Carla, això de posar-se les botes d'aigua no havia caigut, però amb la gavardina va que ni pintat!
Nur… i aquells dies de pluja fineta, feta un torronet al sofà, llegint una novel·la de misteri?… no em diguis que no et tempten! 🙂
Lorena, el te que yo hago (Chris dice que es el que toma la reina de Inglaterra) creo que te gustaría… pero yo también le doy al café, así que coincidimos… respecto al espíritu navideño no tengo ni gota… me molesta eso de que un día al año me adoren y al siguiente, si te he visto no me acuerdo… hasta la próxima cena de Navidad!
Besos a las tres!