Tener un blog es una maravillosa terapia para alguien que, como yo, se siente incapacitada para la escritura larga y sin embargo, esconde todavía en su interior aquella vocación de Reportero Tribulete de su infancia.
Mantener un blog es, también, la sangrante constatación de que las musas siempre le pillan a una trabajando y que, sin hincamiento codil no se obtiene un solo párrafo decente… y hay días que ni así.
Pero un blog es algo más, es una terapia contra la timidez y, ya puestos, contra la pereza… también una cura de humildad (sobre todo en casos como el mío, en el que apenas reúno 50 lectores diarios) y, a la vez, por contradictorio que parezca, un chute de autoestima (a 50 personas les interesa lo que me pasa en “mi”!… entre ellos a algún que otro desconocido).
Por todo ello hoy, que estaba anclada en el más intenso sopor, con las reservas de cafeína agotadas (que me he quedado sin café, vaya), me pongo a escribir sobre lo acontecido (poco) esta semana y sobre algunos eventos futuros que creo os pueden interesar.
Primero, la lectura: a principios de semana aparté “Las Bostonianas”, pensando que necesitaba algo más de emoción en estos momentos y planeando retomarlas después del siguiente libro, mencioné el tema en Twitter (cada día me gusta más esa plataforma, os animo a todos a probarla) y Arati me recomendó “La Carretera” de McCarthy y allá que me lancé. El libro es fantástico, pero duro… pues también! (lo sé, Arati, me avisaste), eso sí, si el de James era previsible, del de Cormac no puede decirse eso… estoy todo el tiempo con la sensación de que va a pasar algo horrible… o de que aparecerá una luz de esperanza. También voy lenta, pero es por la belleza de la escritura, hay párrafos que tengo que leerlos dos veces para no perderse ninguna de las sensaciones que producen. Lo recomiendo, pero únicamente si estáis atravesando por una etapa feliz; está totalmente contraindicado para aquellos que no andéis muy finos de optimismo en estos momentos.
Segundo, el cine: el lunes fui con T. y A. a ver una comedieta romántica, bastante mal resuelta (que con los actores que tenía el director, podría haber guisado un plato más sabroso), “Que les pasa a los hombres”. Nada a remarcar… bueno sí, que vayáis a ver “Gordos” 🙂
El resto de la semana, aunque a veces no lo parezca, lo he pasado trabajando… y preparando el viaje del próximo fin de semana a Ibiza con amigas desde 3ª de bachillerato, perdidas y reencontradas en Facebook, hemos decidido celebrar la casualidad a lo grande y nos vamos dos días a “primera línea de mar”, aunque en el fondo nos da igual si llueve o hace sol, porque a lo que vamos es, básicamente, a hablar sin parar de lo que nos ha pasado en estos años.
Y esto es todo por hoy. Los que hayáis tenido interés y paciencia, ya tenéis una pequeña “imago” de mi “mundi”.