Wilde escribió De profundis, en 1897, cautivo en la prisión de Reading, donde cumplía condena por comportamiento indecente y sodomía, consecuencia de un cruce de demandas entre él mismo y el marqués de Queensberry, padre de su amante Alfred Douglas. La obra es una larga carta a Alfred “Bosie” Douglas, llena de reproches, pero también de reflexión, amor y perdón; de hecho si tuviera que definirla, diría que es una apología del perdón consciente, que es el que ejerce aquel que, sabiendo la cantidad y naturaleza de las maldades que el otro le ha infringido, le perdona, más por necesidad propia que por arrepentimiento ajeno.
No esperéis al Wilde aparentemente superficial (aparentemente he dicho, porque nunca lo es) de sus obras teatrales, sino a uno más profundo, luminoso, libre de artificios, reflexivo, apasionado y, sobre todas las cosas, conmovedor. De profundis manifiesta una pena profunda, pero a la vez es una manifestación de libertad escrita desde una cárcel, un estímulo para la reflexión sobre la esencia vital, donde Wilde utiliza su propio sufrimiento como fuente de creatividad.
Mucho podéis leer sobre la figura de Wilde, sobre su elegancia, su capacidad para marcar tendencia (ya entonces), su gusto por la sofisticación y la vida social de la época, pero nada de lo que leáis os acercará tanto a la comprensión de su persona como la lectura de De profundis.
Para mí ha sido como una ducha fría, que duele y revive a la vez, y es que, en la epístola de Wilde, encontramos el relato de una decepción, la de descubrir que se había engañado a sí mismo, que no quiso saber lo que ocurriría, que no quiso ver a su amado tal y como era, pero también encontramos la esperanza propia de quien acepta y perdona, y sobre todo, la de quien se acepta y se perdona a sí mismo. Wilde, vencido, utilizó su derrota para crecer.
No os digo más. Si queréis disfrutar de la lectura de una auténtica joya literaria, no lo dudéis, leed De profundis.
Me'l vaig llegir ja fa força temps… i em va costar, aquesta és la veritat. Recordo paraules de perdó i de comprensió cap al seu amant, però recordo més la rancúnia i el «mal rollo» provocat per una relació que no hauria d'haver sortit de l'esfera privada…
És recomanable, sí, però afegiria que només per persones en un estat anímic bò! 🙂
PS: He estat missing últimament, per la mudança; ara que ja estic instal·lat al pis, vaig recobrant la capacitat de fer altres coses, a banda de pensar en paletes, pintors i lampistes!
Bon diumenge!
A mi también me encanto esta joya..
Las profundidad de sus reflexiones, son sabias enseñanzas: el resentimiento, la aceptación, el perdón,el autoengaño…conceptos muy estudiados y aplicados en las metodologías basadas en el «Coaching».
Pero sobre todo, a mi me sorprendió el estilo, el extraordinario uso del lenguaje, la busqueda de la palabra perfecta, el matiz correcto, no falta ni sobra una frase, ni una palabra!
No he podido evitar escribir el comentario ante este fantástico libro, desde mi iPhone camino a Bilbao…!
Gracia F, por escribir este acertado post que me ha gustado mucho
Hola Ferran, per mi ha estat una relectura, però m'ha tornat a sorprendre… si que és cert que has d'estar en bon estat anímic, però és una carta tan maca, que sempre val la pena llegir-la! Congratulations per haver acabat la mudança, ara a gaudir del nou pis amb vistes al mar! 🙂
Lorena, estoy de acuerdo contigo, es una auténtica joya, un libro luminoso. Me encanta que leas este blog, pero no deberías darme las gracias, yo creo que es el efecto de tus «vitaminas», que me hace mejorar poco a poco! Un abrazo.
Molt bon comentari a la lectura. A mi també me va parèixer un llibre molt interessant i allunyat del que coneixem normalment de l´autor. Fa poco vaig escriure sobre ell aquí, per si ho vols llegir. Una abraçada.
@Cisne Negro. Gràcies pel comentari. El llibre és magnífic (per mi un clàssic que s'ha de rellegir més d'un cop, ni que sigui per recordar els valors que ens han de guiar en aquesta vida). El teu post m'ha encantat. Et segueixo. Una abraçada!