Books

Sant Jordi ya está aquí y antes de que ocurra lo inevitable y acabemos comprando el mismo libro todos, vale la pena que repasemos lo que nuestra alma necesita leer en este momento. La mía últimamente se dedica a revisitar el pasado y de ahí que lo que os voy a recomendar este año sean, en un par de casos, libros que leí hace tiempo y que, cuando los acabé, deseé olvidar deprisa para poder volver a leerlos algún día. El resto pertenecen a autores que ya son viejos conocidos, es decir, que este año iré a lo seguro. A ver qué pasa.

Avenida de los misterios. John Irving. Tusquets edita la última novela de John Irving, así es que mal podría ser para mí una relectura. Sin embargo, en cierto modo lo siento así, porque Irving es de los pocos autores que nunca me ha defraudado. Como se trata de una novedad, probablemente sea de las que se repita en los expositores estos días, pero en este caso, si finalmente es así, me alegraré. Como no he querido leer la sinopsis, solo os puedo dejar la pista que da la editorial cuando dice que: se trata de una novela llena de ternura y humor sobre la infancia, el destino y la memoria. Yo me la compro.

El queso y los gusanos. El cosmos según un molinero del siglo XV. Carlo Ginzburg. Un maravilloso ensayo de microhistoria, donde el autor nos cuenta las peripecias de la vida de Menocchio y hace un retrato de lo que debió ser la vida en la Edad Media. Me encantó este libro que se encuentra entre la historia, el ensayo y la novela, porque además del conocimiento que aporta, es un tratado de lo que debería ser la pedagogía de la historia. Yo releeré una edición antigua que tengo desde que me la recomendó una profesora que me hizo amar la historia medieval, pero Península la reeditó no hace mucho, así es que os será fácil de encontrar (aunque me da a mí que esta no estará en los expositores). También quiero comprar, cómo no, un libro de la madre del autor… os sonaba el apellido ¿a qué sí?

Todos nuestros ayeres. Natalia Ginzburg. Porque se cumplen 100 años de su nacimiento y porque me apetece leer la que dicen que es su mejor novela. Lumen acaba de lanzar una edición cuidada que también he encargado y que espero tener en breve entre mis manos. Reconozco que me tienta también mucho leer «Las palabras de la noche», así es que lo más probable es que acabe comprando las dos.

La Saga de los Rius. Ignacio Agustí. Esta es una relectura que me apetece mucho, pero mucho, mucho. Un novelón de los de antes, escrito a mediados del siglo pasado y en el que aparece un personaje que los lectores llegaron a pensar que existió realmente: Mariona Rebull. Es seguramente el retrato más fiel a lo que fue la burguesía catalana de la época y, sin duda ninguna -al menos por mi parte-lo mejor que se ha escrito sobre la historia de la evolución industrial catalana. La biografía del autor, fundador de editorial Destino primero y después de la librería y la editorial Argos, odiado por Josep Pla y amigo de Espriu, tiene luces y sombras, pero su obra no merece el ostracismo al que ha sido sometida durante demasiados años. Ahora Destino ha reeditado, juntas, las dos primeras novelas de la serie «La ceniza del árbol» y yo ya he encargado el libro.

“La ciudad empezaba a distenderse hacia la parte alta, avanzaba como una lava de oro por la planície, inundaba la huerta, con empuje hacia la ladera, que era ya cosa próxima, no un contorno lejano. Antaño, las gentes, los padres y los abuelos, iban a pasear por el Paseo del General, andén del mar, por el cual la brisa penetraba cargada de sabor salino, oreando las almas. Ahora la gente paseaba por la calle de Fernando, donde las levitas cobraban un lustre senatorial y los sombreros, al saludar, dibujaban una prolongada y suave parábola, curva como la misma cortesía»

La entrega. Dennis Lehane. Me encanta este autor porque escribe unas novelas maravillosas, que además, son de misterio. Conozco a algún que otro enemigo de la novela negra que adora a Lehane y se empeña en que «él no escribe eso». Pues vale… pero no es cierto. Lehane escribe novela negra. La mejor de las últimas décadas, eso sí, pero negra, negrísima… Lo malo es que hay quien ve primero la película (porque, eso sí, no hay novela que publique, que no acabe convertida en una magnífica película; por algo es también guionista y las adapta como nadie). La entrega en versión cinematográfica, fue la última que protagonizó James Gandolfini antes de morir y no puedo verla hasta que no lea el libro, así es que me está faltando tiempo…

Y esto es todo por hoy amigos.

¡Feliz Sant Jordi, socios!