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Hemos seleccionado estos doce libros para las vacaciones de verano. Todas las ediciones son de este año o del año pasado, por lo tanto se pueden encontrar fácilmente, aunque en la mayoría de los casos la publicación original es de mucho tiempo atrás. Nos gustan los clásicos:

El libro y La Hermandad (Impedimenta), de Iris Murdoch
Con la excusa de una fiesta de antiguos alumnos de Oxford, un grupo de amigos se reúne bajo el cielo estrellado de una noche de verano. Esta extensa novela se publicó ori­gi­nal­mente en 1987, fue fina­lista del pre­mio Boo­ker ya ahora la reedita Impedimenta, que ya ha rescatado otras obras de esta autora.
Los antepasados (Periférica), de Mary Ann Clark Bremer
La autora de la inolvidable “Cuando asedien tu faz cuarenta inviernos” evoca en esta breve novela sus orígenes familiares a partir de los objetos que contempla en una habitación llena de antigüedades. Mientras observa los objetos y relee cartas se oye de fondo la suave música de Pachelbel.
Memorias del estanque (Siruela), de Antonio Colinas
Lo esencial de una vida de un poeta, expresado por medio de una fusión de géneros. Testimonio de una vida dedicada a la literatura. “Es un libro que pone de una manera clara lo que siempre he defendido: la unión de vida, literatura y conocimiento –explica el autor–. Cuento cosas que nunca había contado y hay mucha variedad de géneros”.
La amiga estupenda (Lumen), de Elena Ferrante
Así lo cuenta Francesca en El Club de los Domingos: “He estado en Nápoles compartiendo todo mi tiempo libre (y cuando digo “todo”, lo que quiero decir es que he leído en la parada del autobús, en el autobús, en la pausa para comer…) con una escritora italiana: Elena Ferrante. Y es que me he leído del tirón la tetralogía Dos amigas (casi, casi, 2000 páginas de nada)”.
Cuerpos extraños (Lumen), de Cynthia Ozick
Esta autora es una admiradora de Henry James. A él, y, en particular a su obra ‘Los embajadores’, dedica un homenaje con esta novela, que es la historia de una familia americana que en los años 50 entra en contacto con Europa, a raíz de la escapada a París de Julian, el hijo, que huye de un futuro planificado por el padre.
Un hombre astuto (Libros del Asteroide), de Robertson Davies
Última novela con la que Asteroide completa la edición de la obra del canadiense Robertson Davies. La muerte misteriosa de un sacerdote en Viernes Santo le permite al escritor, a través de los personajes de un forense y una periodista, adentrarse en los enigmas de la religión, la literatura y la ciencia.
La Familia Karnowsky (Acantilado), de I. Yehoshua Singer
Esta novela tradicional, publicada originalmente en 1943, se extiende a lo largo de la primera mitad del siglo XX: en Berlín, desde principios de siglo hasta la ascensión de los nazis al poder, y en Nueva York, adonde llega una familia justo antes del cierre de fronteras y el inicio de la “solución final”.
Fantastes (Editorial Atalanta), de George MacDonald
“La alegría, como la vida, no está basada en ningún argumento”, escribe el autor de esta “novela de hadas para hombres y mujeres” lleno de bosques encantados, árboles con alma, estatuas vivientes, espejos mágicos, mundos subterráneos, gigantes… Publicada por primera vez en Londres en 1858 está considerada un clásico del Romanticismo alemán.
El oído absoluto (Círculo de Lectores), de Manuel Longares
Una novela sobre la literatura. Sucede en la parte central del siglo pasado. El protagonista es un poeta de pueblo que llega a la capital. La narración se apoya en versos y prosas de autores clásicos. «La autenticidad literaria es algo que se trabaja, como todo en la vida y al final lo que queda es lo auténtico, el lenguaje, la imaginación y la memoria”, dice el autor.
Obra Completa. Prosa 2 (Vaso Roto), de Elizabeth Bishop
“El arte de perder no es muy difícil; / tantas cosas contienen el germen / de la pérdida, pero perderlas no es un desastre. / Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder / las llaves de las puertas, las horas malgastadas. / (…) Desaparecieron / la última de mis tres casas (…) / y un inmenso / reino que era mío, dos ríos y un continente”.
La muerte en Venecia (Navona), de Thomas Mann
Una obra clásica que Francesca ha metido en la maleta en esta nueva edición de Navona: «La trama carece de misterio y prácticamente se desvela en su título, pero el relato se vuelve tan denso a medida que avanza y está escrito de una forma tan magistral, que llega a parecer misterioso, en tanto en cuanto el misterio que envuelve a las personas, favorece su idealización y el relato, más que del amor, en mi opinión, trata sobre la idealización de la belleza».
El arte de perder (Círculo de Tiza), de F. Scott Fitzgerald
Parte de la correspondencia personal que mantuvo Fitzgerald desde 1920, en los inicios de su fama, hasta su muerte a los 43 años. A sus destinatarios (Maxwell Perkins, su mujer, Zelda Sayre, Ernest Hemingway, Thomas Wolfe, etc) les habla de las angustias que le planteaban la vida, la literatura y el trabajo.

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