Cinco libros para empezar el invierno y las vacaciones. Como el nuevo año hay que empezarlo con una novela de Charles Dickens añadiré uno más y serán seis. Hay quien me reprocha siempre que en mis maletas el riesgo es cero. Esto se corrobora una vez más en este equipaje navideño:
Abril encantado, de Elizabeth Von Arnim
Cuatro mujeres responden a este anuncio publicado en ‘The Times’: “Para aquellos que aprecian las glicinas y el sol. Se alquila pequeño castillo medieval italiano amueblado durante el mes de abril”. Allí estas mujeres examinarán sus vidas, que no van muy bien. Con esta novela de Elizabeth von Arnim (1866-1941) hizo Mike Newell una película, a la que pertenece la imagen de este post.
Nuestra clase de bondad hace infeliz. La hemos conseguido, y somos infelices. Hay bondades desgraciadas y otras felices; la clase que tendremos en el castillo medieval, por ejemplo, es de las felices.
Los papeles de Aspern, de Henry James
Henry James (Nueva York, 1843 – Londres, 1916) publicó esta novela corta en 1888, inspirado por un rumor que había escuchado en Florencia y según el cual un investigador cortejó a una mujer con el propósito de obtener las cartas que recibió de Lord Byron y Percy B. Shelley. Su protagonista hace lo mismo en Venecia buscando los papeles perdidos de un poeta. Navona la ha publicado ahora en su colección Los Ineludibles.
La puerta de los ángeles, de Penélope Fitzgerald
Un profesor de Ciencias, miembro de la Sociedad de los Desobedientes, se rebela contra la rigidez del college St. Angelicus, donde no está permitida la entrada de las mujeres ni el matrimonio, cuando se enamora de una joven de dudoso pasado. Así comienza esta novela publicada por Impedimenta.
Una chica de invierno, de Philip Larkin
En plena Segunda Guerra Mundial, la bibliotecaria de una ciudad inglesa sueña con el reencuentro con el que fue su primer amor. En las horas previas a su cita, revive las vacaciones que supusieron para ella la pérdida de la inocencia. Publicada en 1947, Fue la última novela de su autor.
Durante la noche había dejado de nevar, pero, como seguía helando y los copos no se derretían, la gente comentaba que aún nevaría más. E incluso cuando la nieve empezó a fundirse, no les quitó la razón, porque no se veía el sol, sino una vasta y única capa de nubes sobre el campo y los bosques.
Los bienes de este mundo, de Irene Nemirovsky
Esta novela se editó en Francia, por primera vez, en 1947, de forma póstuma, pues su autora había sido asesinada en Auschwitz cinco años antes. La novela cuenta la vida de una familia desde 1900 hasta el estallido de la II Guerra Mundial.
Nuestro amigo común, de Charles Dickens
La última novela que escribió Charles Dickens en una preciosa edición de Random House (aunque también está disponible en bolsillo). Un joven va a recibir una herencia con la condición de que se case con una muchacha a la que no conoce. Sin embargo, se le da por muerto cuando un cadáver aparece flotando en el Támesis.