En la estación, otra vez.

Se mete en el lago, deslizándose en el agua como entre las capas de un espejo: la capa de cristal, la capa de plata. Confluye en el descenso con los dobles de sus piernas y de sus brazos. Flota manteniendo solo la cabeza fuera del agua. Vuelve a ser ella a los quince años, a los doce, a los nueve, a los seis. En la orilla, unidos a sus conocidos reflejos, están la misma roca, el mismo tocón blanco que siempre han estado ahí. El frío silencio del lago es como una larga exhalación de alivio. No hay ningún peligro en tener esa edad, en saber que el tocón es un tocón, que la roca es suya, que nada cambiará.
Consejos para sobrevivir en la naturaleza. Margaret Atwood.

Por fin hemos terminado, a trancas y barrancas, que el calor ya aprieta y cuesta sentarse frente al ordenador, el segundo boletín con lecturas recomendadas.

En el número de verano encontraréis reseñas de:

El mar, de John Banville
Un día es un día, de Margaret Atwood
El secreto de Christine, de Benjamin Black
La señorita Dashwood, de Elizabeth Taylor
Lo raro es vivir, de Carmen Martín Gaite

También os sugiero que curioseéis en la «maleta de libros» de Enrique (yo ya he visto un par que «caerán» fijo estos días).

Os dejo lectura para las próximas semanas. Yo estaré un tiempo sin venir por aquí, como siempre en verano, necesito descansar, pero os dejo la puerta abierta. Venid cuando queráis, ya sabéis que este club también es vuestro.