Yo no soy experta en literatura, yo, si en algo soy experta a este respecto, es en lectura. Precisamente por eso, por la larga lista de libros que he leído a estas alturas, es difícil sorprenderme… pero no imposible.

Como además soy consciente del lugar que la lectura ocupa en mi vida y de mi capacidad como “devoradora” de libros, evito hablaros en este club de todo lo que leo y en lo que a recomendaciones se refiere, me limito a aquellos que por una cosa u otra me han impresionado.

A estas alturas ya sabéis que no os pienso destripar el argumento, así que podéis seguir leyendo con tranquilidad; lo que sí voy a intentar es daros pistas para que confiéis en mi y lo leáis.

El libro en concreto es “Marcas de Nacimiento” de Nancy Huston. Os preguntaréis que ha hecho la buena de Nancy para sorprender a alguien con una cantidad considerable de lecturas a sus espaldas: ha hecho que relea el libro nada más acabarlo… ¡ha conseguido, en el sentido literal de la palabra, un libro REDONDO!.

El biznieto, el nieto, la hija y la madre de una familia relatan un año de su vida… justo aquel en el que todos tenían 6 años… esa es la columna vertebral del libro, 4 relatos de niños que explican lo que entienden y también lo que no, nos adentran en la historia de una familia. En ese devenir, los datos van encajando y temiendo haber perdido algunos de los placeres lectores que Nancy Huston nos ofrece, al acabar el último relato, volvemos al primero, para asegurarnos de que lo hemos entendido todo, de que lo hemos disfrutado en toda su amplitud.

Dije aquí cuando compré este libro que no había leído a esta autora y eso me producía cierto pudor, dadas las alabanzas que de ella hacen lo que sí son expertos en literatura… bueno pues se las merece todas.

La novela provoca un aluvión de sentimientos: ternura, estupor, alegría, tristeza, horror, pero sobre todo, la sensación final es la de que nunca, nunca, deben juzgarse comportamientos ajenos a la ligera… y es que siempre hay un porqué, y el “porqué” de esta novela ha sido todo un descubrimiento, desconocía el hecho concreto real que genera el relato… y que no os pienso decir… mentiría si os digo que lo siento… si queréis saber de qué hablo ¡vais a tener que leer la novela!