
Creo que esta es una de estas veces en las que lo mejor es empezar por el fina: “La edad del desconsuelo” es una auténtica maravilla.
También me siento en la obligación de confesar que, a pesar de la demostrada solvencia de la autora -20 obras publicadas, Premio Pulitzer de narrativa, Premio Nacional de la Crítica, miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Letras desde 2001- nunca había leído nada de Jane Smiley, ni tenía pensado leerla hasta que alguien -ni siquiera recuerdo quien- escribió por ahí -tampoco donde- que sus novelas le recordaban a Richard Ford. Podría haber elegido como primera lectura “Heredarás la tierra”, que de entre sus novelas es la que acumula más premios, pero me atrapó el título… “La edad del desconsuelo”… ¿existe eso? Lo cierto es que mientras estás leyendo la novela sabes que sí, que existe, y que has atravesado por ella, sin que nadie te dijese que ese tránsito no lo hacías en soledad. Si avisan de otras cosas, ¿por qué no de esta? Tal vez porque se necesitaba alguien con la lucidez de Smiley para analizar eso que creemos que solo nos pasa a nosotros.
“Tengo la impresión de que el matrimonio es un pequeño contenedor en el que apenas caben unos pocos hijos. Dos vidas interiores, dos seres reflexivos, de la complejidad que sea, que brotan de él, una y otra vez, rompiéndolo, deformándolo. O quizá no sea una cosa en concreto, tal vez no sea nada, tal vez ni siquiera exista. No lo sé, pero no puedo evitar pensar en ello.»
Solo puedo deciros que la novela es una reflexión sobre la realidad del desgaste de la convivencia cuando, sin más armas que el amor, nos embarcamos en la tarea titánica de construir una familia. Se dice pronto y parece fácil; nadie nos avisa de que será un proceso largo y complicado; sin duda, el amor nos otorga el don de la valentía y la esperanza nos libra de la tentación de tirar la toalla. Pero sería bueno que, lo antes posible, alguien nos hablase de la fragilidad de los vínculos con el ser amado, del cuidado con el que hemos de manejar esa relación tan íntima y vulnerable, que se puede desmoronar por cosas tan prosaicas como el puro agotamiento.
«Tengo treinta y cinco años y creo que he alcanzado la edad del desconsuelo. Otros llegan antes. Casi nadie llega mucho después. No creo que sea por los años en sí, ni por la desintegración del cuerpo. La mayoría de nuestros cuerpos están mejor cuidados y más atractivos que nunca. Es por lo que sabemos, ahora que – a nuestro pesar- hemos dejado de pensar en ello. No es sólo que sepamos que el amor se acaba, que nos roban a los hijos, que nuestros padres mueren sintiendo que sus vidas no han valido la pena. (…) Es más bien que las barreras entre nuestras propias circunstancias y las del resto del mundo se han derrumbado a pesar de todo, a pesar de toda la educación recibida. (…) Tengo entendido que después se llega a la edad de la esperanza o, al menos, de la resignación. Pero sospecho que para eso tiene que pasar bastante tiempo.”
Esta es la historia de Dana y Dave. Sabemos que se enamoraron en la facultad, que se casaron hace diez años, que tienen 3 hijas, que ambos son dentistas y comparten consulta. Un matrimonio a tiempo completo. Su vida discurre tal y como la habían planeado desde muy jóvenes.
Hasta que, en la página 25, Dana, sentada en la parte de atrás del coche familiar, con la cabeza de una de sus hijas dormida sobre su hombro, dice una frase que paraliza y a la vez acelera la historia (¿es factible que esas dos cosas sucedan a la vez? Ya os contesto yo: sí): “Nunca más volveré a ser feliz”.
Si ya antes del lamento apenas audible de Dana, la novela nos cautiva con esa forma de hacer interesante la descripción de la rutina cotidiana de una familia común y corriente (¿cómo se consigue eso, Jane?), a partir de ahí no puedes dejar de leer las casi 100 páginas restantes. El relato es hipnótico y requiere atención, porque ni una sola palabra carece de un motivo sólido para estar donde está.
Por lo que más queráis ¡leed esta novela!

- Título: La edad del desconsuelo
- Autor: Jane Smiley
- Traductor: Francisco González López
- Editorial: Sexto Piso. Año: 2019