
Tengo que empezar esta reseña confesando algo que, si bien no es la primera vez que me pasa, tampoco me sucede demasiado: nada más acabar de leerla, pensé en la posibilidad de que fuese la mejor novela que iba a leer este año. Luego miré el montón de libros que esperan sobre la mesilla y supe que llegarán otras historias que tocarán mi corazón, espero que con la misma intensidad… y os volveré a pedir que leáis esas otras novelas, con el mismo entusiasmo que os pido ahora que leáis esta.
Lo que creo a pies juntillas, ahora que ya han pasado unos días, es que esta será la novela con la que haya aprendido más cosas este año y una de las que más me haya hecho reflexionar. Y si no, al tiempo.
Chimamanda Ngozi ha escrito una obra en la que habla sobre tres continentes y su distinta forma de entender la raza y lo hace sin eufemismos, con una claridad que pone en evidencia la actitud racista con la que actuamos, la mayoría de las veces sin ni siquiera darnos cuenta. También ha escrito una novela sobre la idealización de las sociedades que desconocemos, la ingenuidad del que piensa que si cambia de entorno se convertirá en alguien mejor y, como parece que a Ngozi no le gusta dejar ningún aspecto sin tocar, ha aprovechado para contarnos cómo la vida late en los hogares, con independencia de su tamaño y del lugar del mundo en el que se encuentre.
Queridos negros no estadounidenses, cuando tomáis la decisión de venir a Estados Unidos, os convertís en negros. Basta ya de discusiones. Basta ya de decir soy jamaicano o soy ghanés. A Estados Unidos le es indiferente. ¿Qué más da si no erais «negros» en vuestro país? Ahora estáis en Estados Unidos.
La autora describe las emociones de los protagonistas -que no son pocos, estamos ante una novela casi coral-, con una ironía sutil, que aligera incluso los momentos más duros, evitando así caer en un sentimentalismo que hubiese empobrecido la novela.
Como sabéis no me gusta contar el argumento, pero os haré un resumen que en nada os destripará la novela. Digamos que la historia narra el viaje de ida y vuelta, Nigeria-Estados Unidos-Nigeria, de una joven estudiante nigeriana cuyo mayor mérito reside en elevar la mirada en los momentos en los que todo le indica que debe bajarla. La fuerza del amor propio -que no del orgullo, sentimiento limitante donde los haya- es la que la lleva a no renunciar a sus orígenes cuando es africana en América y a no avergonzarse de las costumbres adquiridas cuando, convertida ya en “americanah”, regresa a su patria.
También es una profunda y conmovedora historia de amor. Pensándolo bien, tal vez el mejor resumen sea ese: es la historia de amor más honesta que he leído recientemente.
– Sé que podríamos aceptar las cosas que no podemos ser el uno para el otro, e incluso convertirlo en una tragedia poética de nuestras vidas. O podríamos pasar a la acción. Yo quiero pasar a la acción. Quiero que esto ocurra.
¿Qué más puedo decir para que la leáis?

- Título: Americanah
- Autor: Chimamanda Ngozi Achidie
- Prólogo: Elvira Lindo
- Traductor: Carlos Milla Soler
- Editorial: Penguin Random House. Año: 2017. Páginas: 611