Gran parte de los gestos ordinarios de la gente se desvanecen cuando se vive en lo alto, en el aire.
Su expresión solitaria. Maeve Brennan.
El 22 de noviembre este blog cumplió 7 años, que parece que fue ayer, pero no.
Recuerdo que celebré los primeros 4 años con un proyecto diferente, que consiguió que me diese cuenta de que, a este espacio, se acercaban a leer mis textos, completos desconocidos. Y que algunos -bastantes, para mis entonces nulas aspiraciones en ese aspecto- regresaban una semana tras otra.
Este año, sin embargo, me ha pillado por sorpresa, y lo cierto es que ni me acordaba; incluso estuve comentando el aniversario de un blog amigo y, si bien es cierto que algo pareció hacer clic en mi cabeza, no atiné a saber de qué se trataba… hasta que ayer, en las noticias, no sé con qué motivo, comentaron que había sido Santa Cecilia. Entonces recordé que El Club nació ese día; por imperativo académico, es cierto, pero nadie decide cuando nace y, sin embargo, bien que la mayoría lo celebra.
Los blogs representan la escritura sin posibilidad de impostura, sin ínfulas, sin aspavientos… y cuando no lo hacen así, mueren por la desidia del propio autor o porque los lectores, inteligentemente, los ignoran. Por eso, en mi opinión, solo deben lanzarse a esta suerte de exposición pública que representa tener un blog, aquellas personas que, como yo, sienten auténtica devoción por el medio, que no es la virtualidad como muchos creen, sino el lenguaje.
Escribir no es sencillo y requiere una disciplina a la que es difícil someterse si no es por amor, especialmente cuando, de la batalla con uno mismo que supone todo acto creativo, lo único que vamos a obtener (no aspiramos a más, o no deberíamos) es un texto efímero, que se consumirá rápido y se olvidará más deprisa todavía. Escribir un blog es parecido a esculpir en humo. Pronto todo desaparece. A veces uno siente que ha dicho algo especialmente bello y entonces duele saber que no perdurará en el recuerdo de nadie, ni siquiera en el nuestro. Un blog no es un libro, ¿quién visita la página anterior?… algunos, es cierto, pero ¿y la anterior a la anterior?
Así que, tras siete años, después de pensarlo mucho, concluí que si mantengo este espacio abierto al público es por mi amor por la escritura -y por esa capacidad de resistencia casi épica, que me caracteriza… no siempre para bien.
Pero, si fuese solo por eso, ¿por qué no escribir un diario que guardase celosa en un cajón, tal vez bajo siete llaves, como estos siete años transcurridos?
Como no me gusta ser condescendiente conmigo misma, pensé primero que era por vanidad, pero la vanidad es un defecto más propio de actitudes contemplativas que de algo que obligue al duro trabajo de ponerle palabras a las emociones, para poder así contarlas. De manera que no creo que sea por eso, o al menos no solo por eso.
A mí me parece que si escribo para ser leída es porque eso, escribir, me identifica y me asigna un lugar en el mundo. Un espacio cálido y seguro. Un útero protector y una atalaya desde la que contemplar la vida.
Estas últimas semanas he estado leyendo una novela que alguien que no esperaba, tuvo la valentía de enviarme. Me gustó la confianza y el respeto que me demostró al pedir mi opinión. También (y mucho) el texto. Tanto, que estoy convencida de que lo veré impreso por alguna de las editoriales a las que, si me hace caso, la autora lo enviará.
Es hermoso que alguien te permita estar presente en el nacimiento de algo que le importa.
Si me estás leyendo (que lo estás), gracias.
¡Feliz domingo, socios!
Enhorabuena, Francesca, por los 7 añitos. Me he sentido muy identificado por lo que has escrito. Mi ultimo aniversario bloguero, ¡¡5 años!! pasó sin darme cuenta, ni me enteré. Los cuatro anteriores los había celebrado con posts dedicados, pero el quinto pasó de puntillas. Nos vamos habituando a que esto sea algo tan común, tan integrado a nuestras vidas, que uno ya no necesita poner el hito en el escaparate.
Yo, de momento, no me imagino sin el blog. Eso es así porque además de que me gusta mucho escribir, sé que es una fuente de inspiración tremenda, que influye en mi forma de observar la realidad. Me veo reflejado en esa idea de que el blog «me identifica y me asigna un lugar en el mundo», y puede ser también en mi caso un buena motivación para tenerlo.
Estaba un poco «missing», Francesca, pero ya ves, voy regresando. Llevo unos meses (y así hasta febrero) con una fuerte sobrecarga de trabajo que no me deja apenas tiempo para visitar blogs amigos. Y creeme que lo siento.
Un abrazo fuerte… ¡¡sigue y sigue escribiendo!!
¡Hola! ¡cómo me gusta saber que estás regresando!… yo también he estado (y sigo estando) un poco alejada del mundanal ruido, pero a veces no queda otra que priorizar, no podemos hacerlo todo…
Mira, tengo claro que escribir es, sobre todo, elegir. Uno no puede quedarse con todas las palabras, así que debe seleccionar de todo lo que piensa, aquello que se acerca más a su propia verdad; de manera que, si es cierto que cada uno de nosotros se sitúa en el mundo en función de las posiciones que adopta frente a los dilemas del día a día, yo soy más fiel a mí misma cuando opino sobre algo que he escrito previamente, porque muchas veces, seleccionando los adjetivos, me doy cuenta no solo de aquello que me gusta, sino también de aquello otro que no estoy dispuesta a consentir… es un poco raro… como si construyese mi identidad a base de palabras… igual resulta que tiene razón Juana, cuando me dice eso tan bonito de que yo soy literatura… 🙂
Un abrazo gordo, Amalio.
Muchísimas felicidades a vosotros (tú y el blog) y a todos por tener la oportunidad de saborear ese momento efímero y a la vez intenso y permanente que es adentrarse en las emociones interiores de otro blog.
Comparto ese amor como motivo principal por el que mantener un blog, al margen de que sea más o menos leído y compartido, porque ante todo se comparte con nosotros mismos. Yo lo comparo como un café que necesito tomar para sentirme más reconfortada.
Te puedo decir que soy de esas que desde hace más de tres años vuelvo a antiguas páginas especialmente de mi blog favorito, en silencio. Y agradezco a su aut@r/a que a pesar de que no esté siempre en activo, no lo retire de la circulación de mis ojos, porque las letras son atemporales, y con ellas disfruto tanto o más que la primera vez que las descubrí, ya que en cada relectura percibo emociones nuevas. Es lo que tienen algunos blogs mágicos cuya esencia del autor es tan poderosa con la palabra, que nos conquistan cada vez que pasamos nuestros ojos por sus textos. Éste es uno de esos blogs para mí, no sólo porque aprendo de él títulos nuevos de novelas y autores de los que nunca había oído hablar (no leo mucho por no quedar mal del todo:P), sino simplemente porque me gusta mucho leerte:D.
Por muchos años, Francesca!. Por cierto, el 7 es mi número favorito:P. Un abrazo.
¡Ah, Begoña! ¿qué sería de un blog sin los lectores? En realidad, lo que lees es tan tuyo como mío, los textos son como puzzles con huecos que rellena el lector con sus propias piezas (léase experiencias, miedos, alegrías…), lo que yo escribo germina en algunas personas, mientras que a otras las deja indiferentes. Esto de escribir es un juego en el que importa tanto la sensibilidad del autor como la del lector. Tú mejoras mucho de lo que yo escribo, cuando lo interpretas con bondad.
Me alegro mucho de que acudas a releer textos y de que este blog te haya descubierto algún autor que no conocías. Yo tampoco lo he leído todo afortunadamente… ¡no te imaginas lo que disfruto cuando me tropiezo con algún autor desconocido! (no me pasa mucho, desgraciadamente, pero pasar, pasa).
Un abrazo y te espero en el octavo aniversario (no se lo digas a nadie, pero el 8 es mi número favorito ;-D)
Muchísimas felicidades Francesca por el aniversario de esta página. Debí haberme imaginado que este blog se hallaba bajo la protección de la patrona de la música, no podía ser de otra manera, como era de suponer a partir de la intérprete que oficia en sus páginas. Siete años es ya tiempo suficiente como para considerar y tomar en serio lo que comentas, tomo cumplida cuenta de ello. Un abrazo y gracias por compartir estas porciones de tu ilusión y admiración por lo que vives.
Manel, como siempre, es un placer verte por aquí. Además, eres de las primeras personas que tuve conciencia de que leían lo que yo escribía. Lo de Santa Cecilia me hizo gracia, primero pensé que había sido pura casualidad pero… ¿existen las casualidades? Mira, no sé, pero me encanta la patrona que me ha tocado en suerte 🙂
Recordé este aniversario cuando vi el tuyo, (parece que noviembre es un buen mes para esto de los blogs), así que, como te leo, no hay miedo de que lo olvide. A ver si resistimos en esto que parece tan efímero y nuestros dos blogs cumplen un añito más…
Gracias a ti por dedicar un ratito a leer lo que escribo por aquí, lo mejor de este blog (siempre lo he dicho), sois sus lectores.
¡Un abrazo!
Ya te he dicho muchas veces, pero te lo voy a decir una vez más, escribes porque eres «literatura», como las flores esparcen su perfume, tú escribes … y es de agradecer que nos deleites con tus palabra …
Feliz domingo, feliz semana
Mira Juana, sé que eres una exagerada cuando hablas de tus amigos (y sé que soy amiga tuya), pero a pesar de todo ¡cómo me gusta lo que me dices! creo que me lo voy a creer, aunque sea un poquito solo, porque la vida es dura y pocas veces escucha una cosas tan bonitas.
Sin ti (a pesar de que WP no te ponga una foto ¡con lo que nos gustaría poder verte a todos!), este lugar no sería el mismo. Te espero cada domingo y, si no vienes, te añoro, qué lo sepas.
¡Un abrazo gordo!
Yo en mi tónica monosilábica te dedico mis más profundas felicitaciones por tus 7 años de constancia y dedicación. Loviu Fran <3
Mira, monosilábica eres, no te lo voy a negar pero… ¡qué bonito monosílabo!
Yo también te quiero, Mandy. Te quiero mucho y para siempre.
¡Gracias, gracias, gracias, por pasarte hoy por aquí!
Mil besos.