Dulce poesía. FC (2011) És quan dormo que hi veig clar. J.M. Serrat |
(*) Me exalta lo nuevo y me enamora lo viejo
[…] Tú, al leer, vas directa a buscar el sentido de lo que dicen o tienen la intención de
decir los escritores. Si me lees a mí, recuerda que soy un testimonio de lo que cuento
y que lo real, de lo que parto y de lo que vivo, con fuego en las entrañas, como sabes,
y lo irreal que tú crees descubrir allí son lo mismo. Tal y como tú eres la otra
y sois dos y tienes y te conocen por un solo nombre: Clara.
decir los escritores. Si me lees a mí, recuerda que soy un testimonio de lo que cuento
y que lo real, de lo que parto y de lo que vivo, con fuego en las entrañas, como sabes,
y lo irreal que tú crees descubrir allí son lo mismo. Tal y como tú eres la otra
y sois dos y tienes y te conocen por un solo nombre: Clara.
Carta a Clara Sobirós, J.V. Foix
El edificio se encuentra aún en la plaza Duque de Gandía, pero ya no aloja libros. Tampoco la plaza tiene ese nombre ahora y hace tiempo derribaron unos bloques de pisos y la abrieron impúdica a una gran avenida. Ahora es poco más que un rincón y solo los que la recordamos como era antes, somos capaces de entrever algo de su viejo esplendor. Pero hubo un tiempo, hace muchos años, en el que fue un lugar maravilloso.
Cada tarde, cogía los libros y subía la calle empinada hasta la biblioteca. Estudiaba un rato. Poco, no iba a eso. Luego, inmersa ya en la aceleración de una infancia que adivinaba la adolescencia y casi podía oírla acercarse sigilosa, leía deprisa. Devoraba a los clásicos con una voracidad que a veces agradezco, porque me permite acercarme a ellos como si fuese la primera vez, pero con el convencimiento de que aquella novela, aquel poema, esconde en su interior un regalo extraño y exquisito.
En invierno, si hacía sol, tenía la costumbre de sentarme a leer en un banco de la Plaçeta del Roser, junto a la iglesia de Sant Vicenç. Me calaba uno de los gorros de punto que mi madre tejía haciendo conjunto con mis chaquetas. No sentía el frío ni la humedad, aunque recuerdo el ruido del surtidor de una pequeña fuente de piedra que allí había. Sacaba entonces una pasta hojaldrada, salada, que había comprado a medio camino, en Can Foix. La mordisqueaba despacio, absorta en la lectura. Si había habido suerte y esa tarde era él quien atendía la caja, rebuscaba después en el fondo de los bolsillos de mi abrigo un caramelo de los 3 ó 4 que me había dado. Entonces él para mí era solo eso: el hombre que algunas tardes me cobraba la merienda y me daba caramelos.
Supongo que más de una vez rocé la mano con la que escribía los poemas que ahora me conmueven. La gente capaz de estremecernos con sus palabras debería ir envuelta en un halo brillante ¡ojalá algo nos avisase de que debemos vivir intensamente los momentos que compartimos con ellos, porque algún día su recuerdo será importante en nuestra vida!
Pero yo, niña al fin, desenvolvía el caramelo dulce y pegajoso y lo chuperreteaba mientras leía a los grandes, sin saber que me lo había dado uno de ellos.
…….
Hoy hace 25 años que murió Josep Vicenç Foix y el mundo honra su memoria, pero lo que yo quiero celebrar aquí no es eso, sino que ayer fue el 119 aniversario de su nacimiento y eso, su vida, es lo que importa.
Sé ahora que entonces ya no regentaba la pastelería y, tal vez por eso, libre por fin de la amenaza de un oficio que nunca quiso ejercer, disfrutaba pasando algunas tardes en aquel lugar. Tenía su despacho en la otra, la de la Plaza, pero seguramente en busca de sus recuerdos más tempranos, enriqueció los nuestros visitando la que abrieron sus padres en la calle que, todavía hoy, parte el barrio en dos y muere cerca de la que fue mi biblioteca.
Foix es ahora, además del «señor mayor» que me daba caramelos cuando pagaba mi pastel, uno de mis poetas preferidos. Y es que yo, como él, me exalto con todo lo nuevo pero acabo enamorándome de lo viejo, lo antiguo, lo que el tiempo no destruye: el amor.
¡Feliz domingo, socios!
www.elclubdelosdomingos.com
Bonito el recuerdo y el recordatorio Francesca, cálido y dulce [debe influir el caramelo ;))] A parte de por las escritas por aquella mano, me parece maravilloso trascender a través de palabras como las que has hilado en este post.
Que tengas un buen domingo.
Gracias Manel. Es uno de mis recuerdos más preciosos y, de alguna forma, pienso ahora que sí debí ver algo en él, porque en el júbilo de aquellas tardes infantiles (todo libros y silencio) ninguna otra persona ha pervivido en mi recuerdo, solo Foix… y ni siquiera me gustan demasiado los caramelos 🙂
Que sea un buen día para ti también.
Bon día, Francesca!
No he podido evitar ir al enlace de Josep Vicenç Foix y buscar su obra tras deleitarme con tu recuerdo.
Tu forma de contar tus recuerdos hace que mis cuerdas suenen aún cuando están paralizadas por la tristeza de otras experiencias. La magia de las palabras. Cada domingo disfruto compartiendo un pedacito de tus historias en mí.
Una abraçada i feliz diumenge.
Las palabras nos curan, estoy convencida.
Harás bien en leer a Foix, su poesía es, no sé cómo decirlo: como un golpe seco y a la vez muy dulce… difícil de explicar, lo sé, casi mejor leerlo…
Yo disfruto aquí contigo también Begoña. Gracias por venir.
Abrazos.
Tertuliando de mañanita. ¡Buenos días!
Es cierto Francesca, aunque cualquier ocasión es buena para celebrar a los grandes, yo también encuentro mas apropiado celebrar el nacimiento que la muerte. Delicioso recuerdo arrullado por el surtidor sobre la piedra… y por Serrat.
«… porque algún día su recuerdo será importante en nuestra vida!» 🙂 Hay que vivir con atenta intensidad para disfrutar enamoramientos y exaltaciones y que nos se nos escapen las personas y los momentos. Y fiarnos de la intuición, no sólo de las etiquetas y de lo que nos dicen.
Saludos a tod@s y feliz domingo. Un abrazo!
Que no se nos escapen las personas y los momentos… ¡qué difícil es eso! y sin embargo, nos basta con el residuo del momento que se nos graba en la memoria. No todo claro, solo lo importante. A veces ni siquiera eso, solo la sospecha de que ocurrió algo grande ese día…
Foix rimaba especialmente bien y sin embargo no es un poeta al que se haya musicado demasiado… en realidad, solo conozco esta canción, pero me gusta, creo que la hubiese escogido entre mil, lo que pasa es que no he podido escoger… La realidad de los sueños, la verdad la vemos dormidos… Grande.
Un abrazo, Isabel.
«solo la sospecha de que ocurrió algo grande ese día…»
🙂
Tardes especiales del ayer que ayudaron a moldear la maravillosa mujer que eres hoy, vidas entrelazadas que se cruzan de nuevo en forma de letras, en forma de sentimientos.
Bueno, bueno… no exageremos… Te agradezco de verdad que pienses eso, pero todos tenemos luces y sombras. La proporción varía, eso es cierto, pero en mi caso, como en botica, de todo hay.
Lo que sí creo es que estas cosas te ayudan a ser mejor, no al vivirlas, pero sí al recordar al ser inocente que un día fuiste.
Un abrazo.
Magnífic, Francesca: fa una mica d'envegeta que tu coneguessis el poeta encara que només recordis que et donava caramels a la pastisseria. Segurament devia tenir aquest halo especial, però de petita era difícil de detectar-lo, no? Era una persona més: amable, entranyable. M'ha encantat la teva descripció, tan propera, tan natural i recordant petits detalls de la infantesa.
T'he referenciat diverses vegades en el post que jo també he escrit d'homenatge a J. V. Foix!
Gràcies 🙂
Més que conèixer, el que he fet és reconèixer ara al poeta en aquell home que em regalava caramels en aquelles tardes que tinc tan associades a la lectura.
Gràcies per la referència, he llegit el teu post i he vist el vídeo… em meravella la teva facilitat per fer narratives visuals, ja ho saps. Un dia m'has d'ensenyar!
Una abraçada Núria, el títol del post el vaig saber de seguida i va ser recordant el teu amor pels seus versos….
Me he pasado parte del día ocupada, le he dado vueltas a tu entrada.
La he asociado a varios recuerdos, uno el de uno de mis compañeros de instituto, quería ser escritor, me lo encontré hace unos años, había escrito dos libros (que por supuesto me compré) uno me gustó y, otro no …. trabajaba en una editorial, no podía vivir de escribir ….
Otra persona que me ha venido a la memoria es Hilario Pino, éramos compañeros en el instituto, nunca pensé que se convertiría en alguien «famoso» …. siempre pensé que el famoso sería otro, también periodista, pero mucho más exótico por esa época …. la Vida y sus vueltas ….
¡Feliz domingo!
Nota: No tengo clara la razón de mis asociaciones de ideas ….
Lo que pasa con las «promesas» escolares es increíble: los bajitos son luego los más altos, los tímidos cantan en un grupo de rock alternativo… en fin… yo he tenido compañeros peculiares, pero supongo que yo también lo era para ellos.
Supongo que has asociado las ideas porque has adivinado que yo también he cambiado mucho. O quizá no tanto, quizás uno tiene una cuota de todo y si se la gasta de pequeño luego ya en la madurez no le queda. Yo era muy tímida. Si no recuerdo mal… y ahora lo soy bastante menos. También recuerdo (y de eso estoy segura) que me costaba aceptar que me dijesen cosas bonitas… ¡y decirlas! y eso ahora no me cuesta nada, pero nada de nada… ¡lo que es la vida! 🙂