Jamelah. Self portrait with book and shoes. Con licencia CC
Llevo unos días dándole vueltas a la idea de que leo más de lo que debería. Cuando falsas vidas ajenas se vuelven más interesantes para uno mismo que la propia, supongo que hay que pararse y recapacitar.
Leer es un acto casi nutricio para el espíritu y una distracción gratificante; es aprender siempre y entender algunas veces, ayuda a que tu interior crezca y tus ideas se relajen, porque no deja de ser un viaje interior del que ni puedes, ni debes, salir indemne… pero leer también es huir y cuando eso ocurre, tal vez ha llegado el momento de hacer un alto, mirar alrededor y plantearse alternativas.
Ayer acabé la lectura de “Los atormentados» de Connolly. Cada vez me gusta más este escritor, no sólo porque ha construido un protagonista que es capaz de ver lo que otros ni siquiera saben sentir, sino porque Charlie Parker mantiene una actitud resignada ante la soledad que a mí me cuesta… y quiero pensar que, en la vida real y no sólo en la literatura, eso es posible, que hay personas que pueden aceptar con serenidad el hecho irrefutable de que uno, aunque comparta muchas cosas está, fundamentalmente, solo. Definitivamente, es este un autor que debo dosificar; su lectura no es la que más me conviene en esta época de mi vida y sin embargo es la que más me atrae. Pero dije que no hablaría de Connolly hasta que no acabase “Los amantes” y eso haré… esto es sólo un apunte, para que sepáis que nuestra relación va viento en popa.
Escribo en la madrugada del domingo (lo sé, lo he vuelto a hacer… pero escribir de noche me encanta), y recapacito sobre esta bonita semana, mientras releo frases sueltas que llevo en la libretita negra que me acompaña a todas partes. Y entonces, como sin venir a cuento, recuerdo todas las veces que he tenido que justificarme por hacer cosas que nadie esperaba y pienso en cómo puede una persona como yo llegar a empatizar con Charlie Parker… y se me ocurre que tengo que releer una frase que Connolly deja caer, casi al final del libro, y que no puede ser casual, él también debe haberse sentido acorralado ante unos labios que pronunciaban “¡qué valiente” y unos ojos que decían “¡qué arrogante!”, nadie que no lo haya vivido podría expresarlo con tanta precisión:
“Siempre he pensado que en este mundo hay dos clases de personas: los que, impotentes ante el peso del mal que el mundo contiene, se niegan a actuar porque no le ven el sentido, y los que eligen sus batallas y las libran hasta el final, porque comprenden que no hacer nada es infinitamente peor que hacer algo y fracasar”
¿Quién iba a pensar que en “Los atormentados” encontraría (también) una frase para añadir a mi reservorio ético particular?.
¡Feliz domingo!
www.elclubdelosdomingos.com
Ei, ei, que una cosa així et vaig dir jo l'altre dia també! 😛
Jo sempre he pensat que en el fons estem completament sols, per gent que tinguem al voltant, i que només nosaltres ens podem omplir de felicitat, malgrat que moltes vegades sigui com a conseqûència d'altres. No sé si m'explico…
Bon diumenge, Francesca, i petons!
Francesca:
Me ha gustado mucho tu reflexión. Tu blog tambien por lo «nutricio».
No se, la verdad, qué cantidad de lectura empieza a ser una evasión/obsesion, pero si disfrutas haciéndolo, si disfrutas mucho, sipongo que no hay por qué preocuparse. Siempre nos podría dar por hacer cosas peores como ver la TV :-))
Leyéndote no puedo dejar de hacer un paralelismo con el tiempo que echamos frente a la pantalla tejiendo amigos virtuales: ¿no será también una evasión/obsesión? ¿dónde están los limites entre pasión sana y evasión?
Leer, twittear, bloguear, etc… son todos ejercicios de «virtualización» de la realidad. Y en ese sentido, estoy de acuerdo (a mi tambien me genera dudas) de que quizas nos estamos perdiendo cosas ahí afuera, cosas que se puedan palpar, sentir, paladear con mas intensidad. Y tal vez uno «deba» dar más oportunidades a eso, aunque crea que «quiere» seguir navegando por este mundo más fácil (de «lazos debiles») de la virtualización.
Todo esto de las redes sociales, o la lectura, pueden convertirse en un circulo vicioso. Es el tipo de relaciones más fáciles de construir, y nos metemos en ellas quizás para no hacer lo difícil.
Gracias por la reflexión, me ha gustado mucho!!!
un saludo
Amalio
@Rita. Sí, ho sé, coincidim molt en la visió de la soledat! Dius que només nosaltres ens podem omplir de felicitat, malgrat aquesta sigui conseqüència d’altres… jo crec que sempre és conseqüència d’altres i sempre som nosaltres els que hem d’aprofitar els afectes per omplir-nos de felicitat. Felicitat i soledat no lliguen massa.. em sembla. Petons per tu Rita i molt bon diumenge!
@Amalio. ¡Ni te imaginas lo que me ha gustado leer tus palabras y que hayas dejado tu huella aquí!. Te leo mucho, pero ya ves, ni siquiera en el emotivo post que escribiste sobre el nacimiento de Gonzalito (y que tantas cosas removió… ¡madre al fin!) me atreví a asomarme… me da miedo sacar de contexto esos “lazos débiles” de la virtualización y entrar en espacios emocionales ajenos sin llamar… ¡tonterías, al fin, porque a mí me ha encantado que tú lo hicieses! (ay, la timidez…). Es difícil establecer límites entre evasión y obsesión… ¿y sabes por qué creo yo que pasa?, pues porque en medio de las dos, la pasión campa a sus anchas, y la pasión no se fabrica, la traemos incorporada en los genes… y a los que nos toca, pues eso, a disfrutar las cosas como nadie o a morir en el intento, no hay más opciones… Así que me pararé, reflexionaré y buscaré alternativas, pero como las encuentre, me temo que me lanzaré en picado, evasiva y obsesiva, porque una es como es… y la genética no perdona :-). Un abrazo.
Hay algo de verdad en eso de un exceso de lectura. Y si no, me pregunto por qué Bruce Chatwin, cuando le decoraron su caso pidió que bajo ningún concepto quería ver libros (tuvieron que esconderlos), o el pobre Don Quijote, o el mismo Coetzee que siempre supo que tenía que alternar, en su caso, tareas mecánicas, con la escritira o lectura.
Es que, de todo, hay que escapar. Hay que distanciarse para volver a acercarse. En fin, algo de razón creo que tienes, creo que no deberías descuidar esa intuición.
(Estoy recogiendo poco a poco las novelas de la serie Charlie Parker, ya veremos si hay tiempo suficiente para algún día leerlas)
@Icíar. Sí, yo también creo que hay que alternar, aunque al final prima la pasión… cosa que está bien, pero hay que reflexionar sobre ella, incluso si al final decidimos seguir con la huida.
Respecto a lo que dices de Connolly, me da un poco de miedo, preferiría que leyeses primero «Todo lo que muere», a mí me encanta este autor, pero yo soy lectora de novela negra desde hace mucho tiempo… ¡y esta es negrísima! Conozco a grandes amantes de la buena literatura a los que Connolly no les atrae lo más mínimo, no es sólo una cuestión de calidad, también de carácter, de manera que sí, es altamente recomendable, pero no te hagas con todas hasta que no leas la primera y compruebes por ti misma que te sientes cómoda leyéndolo. Eso sí, no hay término medio, si te gusta, disfrutarás muchísimo con sus novelas, porque en estos momentos, creo que es uno de los mejores del género.
Un abrazo y gracias por asomarte a este espacio!
Yo creo que la lectura, como la glucosa, la dosifica el cuerpo. Mientras éste [el cuerpo…] pida…pues dale lectura. Otra cosa sería padecer de una bulimia lectora galopante, pero no te veo a ti cara de eso, la bulimia se vive mal, con culpa y no con esa cara de goce y disfrute que regalas.
Coincido con @Rita [creo] en la soledad perenne en la que vivimos o en este espejismo de compañía en el que queremos creer. También pienso que NO son los otros los que nos hacen felices sino que somos nosotros los que NOS DEJAMOS ser felices con los otros. Creo que ahí hay una clave importante para la independencia y, por ende, para establecer una relación equilibrada [por no decir “sana”] con alguien.
Los Amantes la vas a disfrutar. Desde mi punto de vista, la mejor. Podría ser la última si no fuera por… 😀
Yo soy obsesiva, compulsiva, apasionada …. es una forma de «estar» en el mundo, aunque reconozco que este me ha tratado muy bien, os leo con «voracidad», siempre he leido así, con la ventaja adicional de poder «hablar» con el autor en directo.
Respecto a la Soledad, para mi es una paredoja, por un lado «siempre» estoy sola y, por otro siempre me siento acompañada ….
@cumClavis. Vale, sí, acepto tu definición de felicidad, has plasmado mejor que yo lo que en realidad quería decir, pero… sólo una cosita (por polemizar :-D): sana sí, independiente también, libre mejor, pero… ¡¿equilibrada?!… eso ya… (es que últimamente me arrojan mucho la palabreja, a modo de piedrecilla tirachinera y me tiene un poco de los nervios tanto equilibrio…).
Ah!, por cierto, ¿de dónde sacas tú que el cuerpo me pide a mí leer como primera opción? 😉 …¡ya me gustaría a mí, ya!… mira, eso sí que sería “equilibrado” (aburrido también, pero no se puede tener todo :-D)
Bueno, a lo que íbamos, que dejes de decirme lo de que me van a gustar “Los Amantes”, porque todavía me quedan “Los hombres de la guadaña” y sabes, como yo, que no me puedo saltar ninguna… no me tientes… Un abrazo.
@Juana. ¡Menos mal… ya somos dos! 🙂 La verdad es que sólo se vive una vez (si alguien sabe algo que yo no sé a ese respecto, por dios que me lo diga) y hay que hacerlo con intensidad. Pero eso que dices tú no es soledad, saber estar sola es bueno, el problema es sentirse sola… pero como ese no lo tienes pues a disfrutar ¡y yo que me alegro por ti!. Gracias por leerme. Besos.
Equilibrada porque está en equilibrio?…si no de qué lo perderíamos tanto? [yo al menos ;-)]
@cumClavis. Pues mira que no te vi yo a ti cara de ser mucho de tropezar… 😉