Eve Arnold (1954). Marilyn Monroe Reading James Joyce. La robé aquí.
L’appuntamento. Ornella Vanoni (Spotify)
Presa de un halito
un vaho
separé primero
tu carne de mi cuerpo
y luego
mi nombre
entró en tus venas
cálido
como un secreto antiguo
El mejor regalo es aquel con el que se corre el mayor riesgo. El lunes Tomás me envió un libro suyo, sin condiciones, un regalo para que hiciese con él lo que quisiera. Lo que quise, claro, fue leerlo.
Ayer volví a acudir al poemario, por ver si casaba con una tarde de confidencias que había compartido, junto a una amistad que se ha hecho intensa en un tiempo comprimido y que me hizo volver a casa feliz de tantas coincidencias. Me siguió «tocando» el libro. Entonces recordé que los poetas siempre son valientes y que eso, a mí, me gusta.
Gracias, Tomás.
(Ya viste, robé por ti. Sé que te gusta la foto.)
www.elclubdelosdomingos.com
Gracias Francesca por robar. Para mí. Por mí. Ya sabes por qué me gusta la foto.
Es difícil querer a las personas por lo que son (valientes, poetas, o poetas valientes) así que a veces (todas las veces) las queremos por lo que no son. Por lo que inventamos para ellas. Y a veces el miedo te hace valiente.
Me excita que “Fornicaciones” este llenó de coincidencias y confidencias que te tocan, y que el libro llegue a convertirse en un posible objeto masturbatorio.
Gracias por tu post, hermoso, cálido…como un secreto antiguo que te sigue tocando. Los versos deben (obligatoriamente) tocarnos.
Y los valientes siempre queremos robar para el otro.
Tomás
@Tomás. Gracias por la sonrisa que me acabas de arrancar… ¡has ampliado el primer comentario de una manera única!. Valientes… y aguerridos, añadiría yo, osados cuando menos, los poetas. No soy yo muy de placeres solitarios, pero en fin, nunca hay que descartar nada de antemano.
Quitaste los besos de metales nobles que a esos, mira tú por donde, les encuentro más utilidad.
Gracias por acercarte… otra vez
Dejaba ciertos besos para lo privado, pero veo que lo privado quieres hacerlo público líquido.
Besos, Francesca, besos que nunca se pongan feos (de metales nobles). Abajo la quincalla.
No descartes. Los poetas somos un placer solitario. Aguerridos y osados, se acercan… y se alejan. Entran…y salen. Se van…y vienen. Aguerridos y osados.
Ríe, sonríe, ríe. Antes y después. El clímax. Todo es efímero. Por eso inventamos los juegos. los poetas.
@Tomás. Plas, plas, plas… (aplausos risueños) :-). Nada que añadir a lo ya dicho.