Con la velocidad del instinto,
con el rayo del prodigio,
como mágica evidencia, lo real se nos convierte
en lo idéntico a sí mismo.
Gabriel Celaya, La poesía es un arma cargada de futuro
Julio empieza mañana y yo siento la impaciencia en el corazón (esa que suele acompañar a los momentos que, una sabe esas cosas de antemano, añorará eternamente). Y es que a mí, desde siempre, me gusta disfrutar de la espera, incluso de aquella cuyo final es incierto.
Recuerdo que de pequeña era de esas personas que procuran guardarse lo mejor para el final. Reservaba la guinda del pastel para comerla con el último trozo y así conservar por más tiempo su dulzura en la boca y, si un libro me gustaba mucho, era capaz de abandonar su lectura cuando faltaban ya pocas páginas para que acabase y esperar al momento propicio, unas horas más tarde, en un esfuerzo por alargar la historia, gozando del deseo por conocer el desenlace.
Julio empieza mañana y llegará lleno de nuevos amaneceres. También de celebraciones. Si las cosas salen como deberían, no habrá un momento de descanso, porque luego llegará la soledad agosteña y no quiero relegar los agradecimientos, a un otoño que ahora me suena tan lejano.
Pronto volveré a la rutina del lento despertar ciudadano que tanto me gusta. Soy urbanita y, en mi opinión, nada supera la visión de las calles de la ciudad, a esa hora en la que conviven la luz de las farolas todavía encendidas y la del alba que ya despunta. El asfalto recién regado, los quioscos y los bares impregnando el aire de aroma a tinta fresca y a café recién hecho, los primeros autobuses rompiendo el silencio y despidiendo la noche…
Sí, julio empieza mañana y este año se ha adelantado para mí el tiempo de la siega. Hay que ver como es la vida… tantos años sembrando y a todo le da por florecer el mismo mes.
Lo siento, pero no os puedo explicar hoy nada interesante, porque no leo novelas, no paseo, apenas duermo, solo reescribo y releo una y otra vez las mismas cosas. Últimamente, también escucho mi voz como si fuese la de una desconocida, recitando la cansina cantinela de un texto que empieza a aburrirme y promete hacerlo más la próxima semana.
Todo está casi a punto y ha empezado ya la cuenta atrás… 10… 9…
Ya queda menos para la guinda de tu pastel. A veces lo interesante no está en las novelas sino en esos paseos interiores. ¡Disfruta de la cuenta atrás y de esa sobredosis de ti misma! 🙂
La verdad es que me ilusiona ver encuadernado ya el producto de tanto tiempo de estudio y trabajo… ahora solo espero que la traca final salga como queremos todos, para poder descansar un poco la mente. El cuerpo no, porque tendré que recoger el estudio, que está patas arriba, abarrotado de papeles, y es que yo no sé cuantos borradores he llegado a imprimir…
Gracias por pasarte hoy, Isabel, es un día de tránsito a muchas cosas y has hecho que me sienta acompañada.
¡Un abrazo!
8-7-6-5-4… Feliz cuenta atrás, y feliz (seguro que lo será) lectura de tesis!
¡Gracias Marta! Qué sorpresa encontrarte por aquí, veo que eres una lectora silenciosa 🙂
Falta poco ya, sí… ya os contaré…
Moltes felicitats!
Frueix de l’espera i assaboreix el dolç moment en què culmina tota una vida i reneix de nou, amb més força que mai, tot un altre univers (o potser el mateix però amb nous colors).
Una abraçada!
Hola Mar!
Em dona molts ànims el que dius, perquè no fa tant que vas estar en la mateixa situació i he vist com la teva vida canviava arrel d’un acte com el que a mi se’m ve a sobre.
He gaudit de tot fins ara, no sé si és la calor o l’espera, però ara estic nerviosa, al final ho penses i són molts anys d’anar al darrera d’un mateix objectiu. Ja tinc ganes que tot passi i de saber què se sent quan per fi aconsegueixes una cosa desitjada tant de temps…
Una abraçada molt forta i gràcies per passar-te per aquí!!!