¿A qué grabar un nombre en las paredes,manchar con torpes trazos la blancuradeslumbrante, impoluta, de la nada?¿A qué este vano empeño de ir dejando señales,de escribir en la arena, a resguardo del viento,las triviales miserias que conforman tu vida?Sobre las tercas líneas que dibujan un rostroha de pasar la mano piadosa de los añosborrando letras, sílabas, palabras sin sentido.El papel en que escribes volverá a estar en blanco.¿Y habrá dicha mayor que no haber sido?
Elogio de la nada. José Luis García Martín
Oigo tronar en la calle. Al despertar me he asomado a la ventana del cuarto y he visto caer una lluvia furiosa que parecía querer despedazar los jardines. Hoy es uno de esos días que me gustaría pasar pegada a los cristales, observando como la tierra pone las cosas en su sitio. La primavera es la prueba irrefutable de nuestra falta de control sobre el mundo y eso en parte es un alivio, porque dudo seriamente de nuestra capacidad para ser justos.
El cielo, como digo, se ha levantado gris plomizo y yo miro la cubierta de Al pie de la escalera de Lorrie Moore, reluciente sobre la mesilla junto al sillón de lectura y pienso en el atardecer con ilusión. Antes tengo que hacer muchas cosas. Los acontecimientos siempre llegan a mi vida agolpados, como imprevistas ráfagas de viento, y estos días se suceden sin concederme un respiro. Algunos traen ecos antiguos del pasado que ya había dulcificado mi memoria y que ahora tendré que reconstruir para verlos como realmente fueron e intentar así no repetir los errores de entonces.
Nunca he escrito un diario porque creo en la bondad del olvido e, incomprensiblemente, no le temo. Sin recuerdos no sería yo, sería otra ¿y quién me asegura que esa otra no habría de ser mejor?
Tampoco me da miedo el papel en blanco, sino que adoro las posibilidades que me ofrece. Antes de escribir uno siempre tiene ante sí una obra maestra, aunque luego no consiga atraparla. El blanco contiene todos los colores ¡es el negro la nada!
Me pregunto si no estaremos confundiéndolo todo, si nuestra vida no será un continuo ir cerrando puertas, vallando caminos, alejándonos de bahías y prados llenos de amapolas, que estaban ahí para que los recorriéramos felices, y sobre los cuales nosotros, ciegos, pintamos absurdos y artificiales escenarios en los que vivimos no la vida que nos estaba destinada, sino la otra, la que construimos torpemente, ignorantes aunque libres.
Sigue tronando en la calle y yo escribo. O borro. No sé.
Siempre he deseado hacer buenas fotografías, de esas capaces de captar la verdad de las personas y las cosas. Lo he intentado muchas veces pero solo ahora, con la mirada ya madura, empieza a parecerme que, de vez en cuando, acierto con una foto. La del post de hoy la hice el viernes, en “Josephine”, la cafetería donde fuimos a tomarnos un té de vainilla después de comer juntas.
Hablamos sobre todo de su inminente viaje a USA y de los libros que la acompañarán (la he casi obligado a llevarse “Crónicas de Nueva York” para leerla precisamente en la ciudad que le da nombre). Ella me prometió que traería amaneceres del Gran Cañón y paisajes de Yosemite para ilustrar el Club y a mí de pronto me entraron ganas de fotografiarla. Estoy contenta porque me parece que he conseguido captar parte de su esencia.
Y es que Jana es, sobre todo, esa sonrisa.
La Vida hace y deshace constantemente, siempre me ha parecido mágico la forma que tiene de poner las cosas en su sitio, creo que cuando algo lo observamos injusto es porque no tenemos perspectiva, esa perspectiva que dan los millones de años ….
Me gusta la foto.
¡Feliz domingo!
Y cuánto nos consuelan el tiempo y la distancia de nuestros pequeños desastres cotidianos ¿verdad?
Abrazos, Juana.
«Creo en ka bondad del olvido…» Igual que creo en lo bueno de recordad, lo bueno y lo malo. Y la propia vida, caprichosa, selecciona que recordar y que olvidar.
Magnifica entrada. Y foto.
Feliz domingo.
Yo creo que es imposible recordar con fidelidad al pasado, no solo porque tanto olvido como recuerdo sean selectivos, sino porque nosotros ya no somos los mismos a los que aquello les pasó y a veces es imposible entender las motivaciones y la sensibilidad de la persona que fuimos… Buscamos verdades absolutas y no existen, lo que para uno fue niebla para el otro fue rocío…
Feliz domingo a ti también, Rafa.
La foto es estupenda, cuenta historias detrás de esa sonrisa de reacción espontánea al disparo, la mirada del camarero, el diseño de la cafetería (me encanta..).
Comparto tu percepción del blanco: da juego y vida a los colores, es luz básica de todos. Por cierto, el poema me ha gustado mucho, es un volver a empezar cada día, a reinventarse a cada instante.
Feliz domingo!.
¡Me gusta mucho José Luis García Martín! no solo por como dice las cosas, sino por las cosas que dice. «Sobre las tercas líneas que dibujan un rostro, ha de pasar la mano piadosa de los años…» ¿cómo enfrentarse a un mundo que lo recuerda todo, también esos momentos en los que nos equivocamos estrepitosamente y herimos al otro, por ejemplo? olvidar el detalle para conservar la esencia…
Feliz y lluvioso domingo de primavera, Begoña.
Ignorantes aunque libres.
Somos libres e inocentes…
gran post, según acostumbras, Francesca.
Y muy buena la foto, de verdad que sí.
Sí, ignorantes.
Querer no es poder y poder no es saber. Un día tenemos que hablar por aquí de eso. Me preocupan esos mensajes que lanzamos al viento y los jóvenes recogen para su frustración. Porque muchas veces se quiere y no se puede. Y las más, se puede pero no se sabe cómo… Luego, si las cosas salen mal, nos cuesta aceptar que la libertad de elegir no garantiza la calidad de la elección.
Y aún así, la libertad es la única arma…
Gracias Judith, si te parece buena la foto a ti, entonces seguro que lo es 🙂
Cierto, ¡magnífico post! Has atrapado la obra maestra de este papel en blanco :))
Me he encontrado con una contradicción propia porque diario como tal nunca he escrito pero sí tengo montones de libretas que más han servido para entender-me y atrapar algunos pequeños brillos (que no obras maestras) de mi vida. Y sin embargo, necesito el folio en blanco constantemente, tanto como el aire que respiro. ¿Será el escribir la puerta hacia la “bondad del olvido”?
Maravilloso post! Feliz domingo!
Ah, Isabel… puede que acabes de dar en el clavo y escribamos para poder así olvidar y no para recordar como siempre se ha creído. A veces cuento aquí y en alguna de mis libretas cosas que me han pasado, pero no todo, solo lo que deseo recordar… o eso creía. Tal vez lo importante sea que ese gesto no lo realizo para plasmar un recuerdo sino para arrojar otro al olvido eterno, porque en el mismo instante en el que sea leído, el pasado se modificará y será tal y como yo he decidido contarlo.
Gracias por la reflexión. Abrazos.
Gràcies Francesca per escriure cada diumenge, t´he trobat a faltar!!!!
Una abraçada
Doncs jo et trobava a faltar a tu!!!
Benvinguda i gràcies per ser-hi a l'altre costat.
Una abraçada.