Kensington. F.C. (2012)
A foggy day. Frank Sinatra



«Eran los mejores tiempos, era los peores tiempos, la edad de la sabiduría, el ciclo de la estupidez, la fase de la creencia, la etapa de la incredulidad, la estación de la Luz, la hora de las Sombras, era la primavera de la esperanza, el invierno de la desesperación, lo teníamos todo por delante, nada había frente a nosotros…»



Historia de dos ciudades, Charles Dickens
Me encantan esos momentos que acompañan al nacimiento de algo. Los instantes en los que todo es, no solo posible, sino todavía probable. Pero las cosas no siempre empiezan para todos al mismo tiempo y por supuesto, solo nosotros decidimos cuándo, cómo y dónde se abre un nuevo capítulo en nuestra vida.
El año 2012 empezó para mí en el instante en el que pisé la escalerilla del avión que me llevaría a Londres, esa ciudad que está teóricamente tan cerca y sin embargo más lejos de aquí que ninguna otra. Si no entendéis lo que os digo pasaos por el 203 de Piccadilly, por ejemplo, y echadle un vistazo a Waterstone’s (yo podría vivir literalmente en esa librería), o acercaos a Trafalgar Square y entrad (gratis, por supuesto ¿cómo si no?) en la National Gallery… o sencillamente pasead por cualquiera de sus parques, hay muchos donde elegir, no vais a tener problemas de encontrar un sitio donde sentaos a leer, charlar o dibujar tendidos en la hierba…
Pero en realidad lo que os quería decir hoy es que el año ha empezado para mí mejor que bien, que he vuelto con la cabeza despejada, las energías renovadas, un cargamento del mejor té del mundo y muchas ganas de continuar proyectos e iniciar nuevas aventuras. He vuelto no como me fui sino como hace tiempo que no estaba. Me he traído todo Kensington en un bolsillo del abrigo y una ardilla de Hyde Park en el otro. Vuelvo con muchas ganas de releer a Dickens y de cuidar este espacio, que ya es más un lugar de reunión con amigos que cualquier otra cosa.
Regreso y abro hoy el año como el que empieza una libreta nueva, con ganas de no hacer ningún tachón y si lo hago (que lo haré) de enmendar la plana y volver a empezar. No quiero saltos, ni carreras de velocidad, quiero pasear mi vida este año, con vosotros si queréis.
………..
A veces uno siente que el mundo es como el que describía Dickens… probablemente porque lo es. Todo a nuestro alcance, pero también absolutamente nada si no alargamos la mano y luchamos por ello. Hay que empeñarse en ser alegres para serlo realmente, nada nos viene dado con la vida, todo hay que ganarlo. Y para ello, antes, desear alcanzarlo.
Dicen que la mejor arma con la que se puede uno enfrentar al mundo es un cargamento de grandes esperanzas.
Que así sea.
¡Feliz domingo, socios!
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