
Escúchame, escucha el silencio. Lo que te digo nunca es lo que te digo y sí otra cosa. Capta esa cosa que se me escapa y sin embargo vivo de ella y estoy sobre su brillante oscuridad. Un instante me lleva insensiblemente a otro y el tema atemático se va desarrollando sin plan pero geométrico, como las figuras sucesivas en un calidoscopio.
Clarice Lispector. Agua viva.
El día de Santa Cecilia cumplió 16 años este blog que empecé para cumplir los mínimos de una asignatura de mi ya lejano Master (ni siquiera para aprobarla, aunque luego resultó adquirir más peso del que estaba destinado a tener). Pronto el blog se convirtió en mi espacio de escritura alternativa y casi clandestina. Nunca lo vi como un entrenamiento necesario para la escritura lenta y obsesivamente pasada por la lija que requiere la ficción y, sin embargo, sin él no imagino la publicación de nuestra primera novela, gestada a base de metafóricos cafés en el ya desaparecido “Candela”.
Venir aquí fue durante mucho tiempo una especie de enfermedad que cursaba con episodios de fiebre y ansiedad, hasta el punto de que en algún momento llegué a pensar que lo vivido lo era solo para ser escrito, sobre todo aquello que no puede decirse y debe enmascararse con la ficción, aunque eso lo distorsione tanto que lo que acabo publicando no tenga nada que ver con el hecho que quise contar cuando me puse a escribir.
Como todo lo que vive cambia y la cabra tira al monte, las reseñas de Enrique y mis recomendaciones literarias han ido impregnando este espacio, se han metido por todas las rendijas y no hay ya casi nada que no haya sido tocado por ese amor nuestro por la literatura. Pensar que alguno de vosotros pueda leer orientado por lo que hemos señalado que nos gusta es tan estremecedor como ver germinar una semilla lanzada al aire en el desierto.
Mientras escribo esto estoy escuchando a Lisa Fuller, pero la música que se paseaba por el blog en sus inicios, dejó de ser fácilmente accesible y acabé por renunciar a ella (aquí, no en la vida, en la que sigo el ritmo con los hombros sentada ante el ordenador, aunque ya baile cada vez menos en la cocina). Y es que un blog, como una canción, es un formato que permite unir cosas completamente dispares sin que el conjunto se resienta. La inocente voz de Lisa Fuller diciendo aquello de “there must be more to life than sleeping single in a bed for two” es un buen ejemplo.
Todo cambia para que lo importante permanezca, sí, y un blog es sobre todo un estado de ánimo.
A todo esto, me había puesto a escribir pensando en contaros lo que ocurrió en mi vida el mes pasado, pero fueron tantas cosas y tan descarnadas… y, sobre todo, es tan difícil disfrazarlas y convertirlas en ficción, que van a quedarse allí, encerradas en noviembre.