Luego están los otros, la sal fina. Te invaden, lo quieren todo. Tu afecto, tus emociones, tus pensamientos. Todo debe girar a su alrededor… aunque eso no te haga feliz, porque la felicidad es como esos animales que sólo pueden vivir en libertad. Son esa gente ante la cual, sin saber muy bien porqué, te sorprendes a ti mismo, a veces, mostrando desprecio por cosas que te importan. Hablo de aquellos que te admiraron porque eras un espíritu libre y a los que no fue la promesa de disfrutar tu compañía, sino la esperanza de lograr tu sometimiento, lo que les hizo dirigir su brújula hacia ti.
A veces, cuando eres muy joven, te convencen y confundes su actitud con el cariño, pero más tarde, cuando ya has aprendido que es la libertad (y no el amor) el bien más preciado, el único por el que vale la pena luchar, hasta morir si es necesario, comprendes que esas personas son tóxicas… y huyes (porque debes) de ellas, como de la peste.
Algunos pensaréis que exagero, pero no es así. La gente que depende emocionalmente de uno, acaba desarrollando una suerte de odio secreto, fruto de todas las veces que te han perdonado sin que se lo hayas pedido, de toda la distancia que tienes derecho a poner y que no pueden evitar que pongas, de todas las barreras que has levantado para defenderte y que no consiguen derribar…
Creo que fue Gregorio Marañón el que dijo: «sólo sabrás lo que valgo, si me dejas ser tal como soy».
Lo de la sal, como consejo culinario, no sé si es muy bueno, pero lo de huir de aquellos que intentan evitar que vivas una vida a la que tienes derecho, como consejo a secas, ya os digo yo que es de los mejores… aunque hacerlo sea difícil… ¡y duela!
¡Que tengáis un libre, emocionante y feliz domingo todos!
Pues en mi casa tengo sal gorda, sal fina seca, sal para hornear que también es gorda, sal fina húmeda. Y cuando me pongo a cocinar, siempre le tengo que preguntar a mi mujer cual usar para no equivocarme. Mejor preguntar que metar la para. Creo que hay tantas clases de sal como de personas. Salu2.0
Este consejo es, a mi parecer, uno de los mejores que pueden darse. Por mi parte intento cocinar sin sal, ni de la fina ni de la gorda [por si acaso…].
Respecto a los otros, si uno quiere tener una percepción con cierto atisbo de realidad, primero ha de desembarazarse de cualquier transacción que le una a la persona a la que se quiere “valorar”. Mientras haya algún tipo de intercambio, la percepción que se tiene del otro siempre está sujeta a las particularidades de esta transacción. Es curioso, pero para poder “apreciar” a alguien de verdad, lo primero es ser independiente de todo lazo que te vincule a él…
@Gerineldo. Más, de personas hay más clases de sal!!! Esto mío ha sido taxonomía básica, pero básica, básica… para saber cuando tienes que correr y cuando puedes quedarte a mirar un poco el espectáculo 🙂
@cumClavis. A mí también me parece un buen consejo… por eso lo digo, a pesar de que soy poco de aconsejar.
Decir que para valorar se debe evitar toda interacción es en esencia correcto, pero a la práctica… ¿fijarse en alguien con la intención de valorarlo no es ya una manera de interaccionar?, la evaluación del primer gesto, del primer rasgo de su carácter, ¿no condiciona la evaluación del segundo?. Decir que existe la valoración aséptica sería como decir que existe la valoración “correcta” y eso… porque luego está la otra parte, uno valora desde sí mismo… y desde su experiencia, su ética… ufff… es para pensarlo lento esto que dices, sí…
Seguramente, tu opción de no utilizar sal es la más prudente, porque a veces te parece que es sal gorda y es fina “apelotoná”… el problema es que la carne hay que sazonarla de vez en cuando, y para esos casos, mejor tener claro que sal usar… ¿no?… ¡vaya, me parece a mí! 😉
La dependencia produce rabia, les pasa a los muchachos con las madres hiperprotectoras, aunque el equilibrio es difícil …. estamos interrelacionados los unos con los otros, en un entramado tan …. interesante …. es domingo hace calor y la carne me gusta con poca sal jeje
Me ha gustado, me apunto esta analogía.
Me ha recordado a la poesia de Jorge Bucay QUIERO.
Si no la conoces, te gustará.
@Juana. Yo es que no soporto el chantaje emocional… me parece repugnante. Sobre lo que dices de las madres, recuerdo que cuando mi hijo era un bebé, me dió la neura de repetirme como un mantra «no es de tu propiedad, no es de tu propiedad», porque me daba miedo «asfixiarlo» de tanto amor. Afortunadamente, ahora se ríe de mí y me dice que hasta sus amigos no entienden como su madre no se mete en sus asuntos… y no es que pase, es que quiero que viva su vida ÉL, y yo seguir con la mía… que tampoco está mal 😉
@Minipunk. ¡Qué ilusión verte por aquí! Bonitas palabras las de Bucay (y eso que yo no soy muy fan suya). La analogía casi me salió sola… yo no sabía que la sal gorda actuaba así, ya ves, pero ¡me pareció una forma tan sabia y respetuosa de actuar! Gracias por leer este blog y ya sabes, siempre serás bienvenido.
Per alguna raó algú va dir allò que «hay amores que matan». Santa raó que tenia qui fos. Jo sempre dic que les relacions -totes: les sentimentals, les amistats, les relacions entre veïns… totes- han de ser «fàcils». Això és: hi sóc per quan et cal, hi ets per quan em cal, no abuso, no abuses, et deixo respirar, em deixes respirar…
Trobo que no és taaan difícil; ens podem equivocar en un moment donat, esclar, però en general penso que no, que no és tan difícil.
Que tinguis una feliç setmana, Francesca.
@Ferran. Completament d'acord amb tu! no em referia només a les relacions amoroses. Encara recordo aquelles amiguetes de l'escola que exigien que només fossis la seva «millor amiga»… i això volia dir no tenir cap altra amiga més! Justament el fet de que, ja des de petites, les persones presentem aquesta tendència, em fa pensar si no serà consustancial a la nostra forma de ser… jo, per si un cas, no baixo la guàrdia, que no se sap mai!
Bona setmana, Ferran!
Suposo que tot això que comentem té a veure amb la diferència entre «ser» i «tenir»; el valor el té «ser» (amic, company, suport), però alguns no són sense «tenir» (amic, company, suport).
No sé si m'he explicat gaire bé. Hmmm…
Que passis bona setmana tu també.
@Ferran. Sí que t'expliques, sí 😉 És veritat que hi ha gent que necessita tenir coses i persones… i a més a més, necessita tenir-les en exclusiva (què és una cosa que els publicistes saben molt bé)… Tot plegat estem en un moment històric on caldria una reflexió sobre els valors, perquè aquesta decadència cansa…
Quines poques ganes tinc de treballar avui… (això no té res a veure, però necessito dir-ho, a veure si canvio de tendència… je, je)!
Jo, com la sal… gorda! hehehe, és que m'estic motivant per a començar el règim.
A banda d'això, quina raó tens amb lo d'intentar no asfixiar els nostres fills. I tot i fent esforços, després arriba una bonica etapa que s'anomena adolescència i tot s'esfondra. Què hi farem, no?
@Matty. Doncs si, arriba l'adolescència i SEMBLA que tot el que hem fet per educar-los de petits, no ha servir per res, però no… desprès resulta que si els hem ensenyat que han de prendre decisions lliurement, li agafen el gustet i no es deixen «mangonejar»… o al menys és el que crec… el que espero… l'esperança a la que m'agafo… 🙂