Portada de «El Festín de Babette» de Isak Dinesen con ilustraciones de Noemí Villamuza. Nórdica Libros (2007).
It’s too late. Carole King (Spotify)

Para Carla
Porque está a punto de empezar esa aventura
para la que tanto se ha preparado… la vida
¡Suerte!
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Acabo de leer «El festín de Babette» y se me ha quedado clavada una frase, como si de una lanza se tratase: «¿Puede el total de una suma de victorias dar como resultado una derrota?«, o lo que es lo mismo, si en las diferentes encrucijadas que nos presenta la vida, escogiéramos siempre el camino adecuado… ¿implicaría eso que forzosamente llegaríamos al mejor puerto?. La verdad es que, a la que te detienes a pensarlo, concluyes que no… ¡pues claro que no!, el trayecto vital ideal debe incluir forzosamente errores.
Los aciertos a corto plazo, no siempre son lo que más nos conviene, aunque lo que nos preocupe ante cualquier disyuntiva sea precisamente eso: escoger la opción que tenga resultados positivos inmediatos. Cuesta conformarse con menos, pero soy de la opinión de que nunca hay que forzar a la vida para que nos obedezca, porque en realidad desconocemos lo que nuestros actos, en última instancia, generan.
Y os lo dice alguien que siempre sabe lo que quiere, aunque desconozca si lo que quiere es lo más adecuado… de hecho, SÉ que más de una vez he deseado cosas que, de haberme sido concedidas, me hubiesen sumido en la más absoluta de las miserias. Tal vez sea por eso por lo que pienso que si algo no me sale aparentemente bien, no importa demasiado, porque quizás el que un determinado proyecto se frustre, sea lo mejor para acabar consiguiendo el objetivo… ¿cómo saberlo?, ¿y si ese fracaso en concreto forma parte del camino hacia la victoria final?… Ahora, gracias a Isak Dinesen, ya tengo bibliografía para refrendar mi vieja teoría ;-).
Y estoy contenta, porque eso significa que el esfuerzo siempre vale la pena; también en esas ocasiones en las que pierdes la batalla, porque muchas veces, es al vencido al que le espera la felicidad en medio de las lágrimas de la derrota.
“El festín de Babette” me ha dejado más temas sobre los que pensar, por ejemplo esa necesidad nuestra de perseguir (para vivir la experiencia, aunque sólo sea una vez en la vida) los momentos sublimes en los que (y aunque parezca un contrasentido) podemos sentir, durante un fugaz instante, lo que significa la eternidad… pero esa reflexión mejor la dejamos para otro día.
¡Feliz domingo!
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