F.C. (2010). Kaffee und Kuchen.
What Are You Doing New Year’s Eve. Laura Fygi (Spotify)
A Teresa
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En Sachsenhausen las náuseas me zarandean y la sensación de inestabilidad aumenta. Trae refuerzos y me sujeta del brazo hasta la puerta principal. La visita termina. Estoy doblegada por el dolor y con el convencimiento de que, precisamente allí, no tengo derecho a quejarme. Cuando cogemos el taxi que nos lleva de regreso a Berlín, las lágrimas ruedan ya, silenciosas y descontroladas, por mis mejillas. En Alexanderplatz, la amistad la desorienta y la veo sufrir mientras busca el camino al hotel. Espero hasta que regresa con las medicinas. Me deja descansar, arropada por el sonido del crepitar de los troncos en la falsa chimenea, al que se acabarán sumando las suaves melodías navideñas de Laura Fygi. Tendrá que pasar un día más hasta que mi cuerpo se calme. No importa, no estoy sola.
Q
Atravesamos juntas la puerta de Ishtar, Reina del cielo y Señora de la tierra. Sé que teme que la quiera arrastrar por la Isla de los Museos sin piedad (normal, me conoce), “es imposible verlos todos” repite, pero necesito que pasee entre las murallas de Babilonia, que se siente en las escaleras del templo en el que Zeus y Atenea fueron venerados, para consultar su sempiterno mapa bajo la atenta mirada de dioses, centauros y grifos… Sé que se alegrará de haberlo hecho. Cambiamos de escenario, Nefertiti y ella merecen conocerse. Me hace feliz verla disfrutar contemplando a la que fue Gran Reina de la dinastía XVIII.
Q
Celebramos que mi estómago ha vuelto a la normalidad en el café del DHM, tras asombrarnos con las esculturas de Begas, al que descubrimos ayer en la catedral de Santa Eduvigis. Compartimos sendas raciones de tarta Mozart y Selva Negra, “Could you divide it in two pieces, please?”. Dos enormes vasos de Earl Grey en una cafetería acogedora ayudan a que el buen humor se desparrame por la mesa. Alegría, repaso de las muchas cosas acontecidas: frío, edificios faraónicos, cervezas callejeras, mercados navideños, ventisca, metros serpenteantes… Risas mientras calentamos nuestras manos contra el cristal de los vasos y descansamos hundidas en los sofás de piel que parecían estar allí esperándonos. Siguiente estación, Einstein Kaffee, más té, más charla, más risa, más alegría.
Q
Por las noches se aburre con Döblin, mientras yo le leo en voz alta: “¿Para comprender el caos de la vida moderna es necesario escribir caóticamente? ¿Para indagar en la mente de un ser mediocre, medio tarado, estúpido es necesario instalarse en la nebulosa de su mente?”. “Completamente de acuerdo… ¡esto es un tostón!”. Se nos acaban saltando las lágrimas, esta vez de risa. Porque Teresa cumple incluso la palabra no dada, mientras que yo hago trampa (abandoné a Franz al poco de conocerlo, tengo un olfato especial para los tontosdelbote). Ella sin embargo lo ha intentado con ahínco. Porque sí. Porque se fió de mi criterio y le cuesta admitir mis errores.
Q
Definitivamente, Berlín se escribe con T de amistad.
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El viaje ha resultado cálido y revelador. Sin duda una extraordinaria experiencia. Ferran ha organizado un gran encuentro. La 1.TBfC ha sido un éxito, pero de ella encontraréis otras crónicas, mucho más autorizadas que la que yo pueda escribir. Disfruté poco de la compañía de personas que merecían más, mucho más tiempo, del que les pude dedicar. En vez de sus rostros sonrientes, pasé dos días contemplando el plomizo cielo berlinés desde la habitación del hotel… sé que habrá otras oportunidades y entonces no cejaré hasta conseguir que se cansen de mi compañía; quedaron muchas cosas por decir, por compartir. Lo sentí. Hubiese deseado hablar con todos y cada uno de ellos. No nombro a nadie, para mencionarlos a todos. Les envío desde aquí el abrazo que no tuve fuerzas para darles el día de su marcha. Esto solo acaba de empezar.
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