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E.A. (2010) If I’m Lucky. Melody Gardot |
Decía Châtelet que, una vez expuestas las ideas de Freud, la defensa del pensamiento desligado del afecto ya no se sostiene, e insistía una y otra vez en que la teoría de la “idea pura” está en vía muerta [1]. Personalmente siempre he mantenido que pensar y sentir son estadios de un mismo proceso. Sé que muchos discutiréis eso, pero no puedo sentir lo que no me atrevo a pensar e intento que mis acciones sean consecuencias de mis sentimientos. Así contemplo mi vida en un continuum pensar, sentir, hacer. Intentando que verdad, belleza y bondad, sean las consecuencias lógicas del proceso.
A veces el interlocutor más difícil, al que más se intenta engañar sin conseguirlo nunca del todo, es uno mismo, pero hay verdades que conviene saberlas, aún cuando eso no nos libere del peso de la duda sobre sus consecuencias. Un día amaneces bajo el embrujo de una idea que encierra (como todas), una posibilidad… y necesitas saber urgentemente si generará un sentimiento, si quizás ya ha nacido y si eso conducirá hacia alguna acción, aunque esa acción (también como todas), esconda una renuncia. Nunca importa tanto hacia donde nos dirigimos, como el mero hecho de ser consciente de que estamos caminando, envueltos en una incierta idea de destino, y el intuir que llegaremos allí donde sabemos que nos aman.
Respecto a la belleza… ¿qué convierte en bello un objeto? Aristóteles no concebía que algo mezquino pudiera ser bello. ¿Qué puedo decir? sigo creyendo en esa estética aristotélica, hermanada con la ética, como no podía ser de otra manera, e intento adquirir con ese propósito un compromiso diario. Aunque en ocasiones temo que todo se derrumbe, lucho por no sucumbir a lo superficial, a lo superfluo, a lo vacuo… me peleo conmigo misma si es preciso, en un intento desesperado de llenar mi vida de vida. Eso es la belleza para mí.
Con la bondad tengo una relación extraña. La asocio más al momento que al hecho. Admiro a esa gente que sabe cuando decir las cosas más sencillas y conoce el secreto de cómo conseguir que un pequeño gesto cambie el mundo. No me gusta la bondad ostentosa de las grandes (y públicas) acciones. Prefiero a aquellos que dan el agua y no el oro, porque ellos saben lo que es importante.
Esta semana han pasado muchas cosas y ninguna de ellas lo ha hecho sin dejar su pequeña huella en el camino y, aunque a veces éste me haya llevado hasta uno de esos lugares a donde duele ir, nada ha sido en vano.
He contemplado como personas que valen la pena, se enzarzan en disputas y corren riesgos innecesarios. No se ven como yo les veo y no les importa quebrar algo bonito, seguramente porque desconocen que lo es. Y lo siento.
También he visto convertirse en realidad el sueño de alguna gente, cuya pasión por mejorar la sociedad comparto. Todo nacimiento es tierno, las ideas son frágiles hasta que se las llena del argumento irrefutable de los hechos. Ellos lo saben y lo harán. Porque pueden, pero, sobre todo, porque quieren.
Mi semana empezó nublada, pero la salvó primero Chandler y luego mi amiga-hermana que me llevó a ver una de esas películas francesas en las que suenan bonitas canciones. También mi amigo el escritor que no sabe que lo es… y el camarero guapo y simpático que nos atiende cada miércoles… y Châtelet… y otra vez Chandler, convertido ahora en Marlowe… y vosotros, que estáis ahí y me lo haréis saber, estoy segura…
……..
Me he puesto en serio a preparar la mesa sobre novela negra del próximo jueves. No conocía a Andreu Martín y me ha sorprendido gratamente. “El día menos pensado”, “Por el amor de Dios” y ahora “De tot cor”, son las novelas suyas que he leído estas últimas semanas. Me gusta la ficción truculenta, casi tarantiniana, con la que llena sus libros. Sospecho que hablaremos más de él aquí, porque he vuelto de su mano a la novela negra… y me he tropezado (es una costumbre ya) con Chandler… y he caído irremediablemente en sus brazos, como no podía ser de otra manera.
Creo que me dejaré arrullar por la oscuridad una temporada. Un hombre amable, con el que comparto el placer por adentrarme en territorios tenebrosos, me avisó ayer de que ya han publicado la última novela de John Connolly y ¿quién se resistiría a vivir, un par de días, otra vez, entre los atractivos personajes que ese escritor inventa para nosotros?
Lo haré pronto, lo sé… ¡Feliz domingo!
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[1] François Châtelet. Una historia de la razón. Conversaciones con Émile Noël. Editorial Pre-textos. Valencia, 1998.
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[1] François Châtelet. Una historia de la razón. Conversaciones con Émile Noël. Editorial Pre-textos. Valencia, 1998.
www.elclubdelosdomingos.com
¿qué convierte en bello un objeto? …. los ojos que lo miran, porque «ver» es darse cuenta de que todo es nuevo a cada instante, es una extraña experiencia esa ….
@Juana. Completamente de acuerdo… pero añado algo más. No todo es la mirada del otro, tú puedes saber que algo tuyo es bello si sabes de su bondad. El origen de tus cicatrices solo tú lo conoces y algunas pueden tener un sentido que las transforme en bellas… y que solo veas tú.
Ser la única persona que ve algo nos convierte en los «raros», pero no en los equivocados… ¡Hemos de recordar eso!
Un abrazo, Juana, gracias por acudir, madrugadora, a esta cita 🙂
Según Fernando Pessoa: “La belleza es el nombre de algo que no existe, y que doy a las cosas a cambio del placer que me producen”
Creo que tus palabras son bellas
@Maria Jose Alonso. Gracias amiga. Bello es lo que tú has escrito hoy, por la verdad y la bondad que encierran tus palabras. Convivir con el dolor nos puede conducir al frío distanciamiento o a la calidez del consuelo… no tengo la menor duda de a donde te ha conducido a ti. Un abrazo fuerte.
Te leo desde hace muy poco y es evidente que usas muy bien eso que se da en llamar inteligencia emocional,me gusta lo que leo,se nota que te gusta sacarle partido a las cosas buenas de la vida.
Perderme un ratito en lo superficial a veces me viene bien para cargar las pilas.
Eso si, sin perder la perspectiva.
Besitos.
@alondra. Tienes razón, a veces quedarse en la superficie ayuda a reponerse del desgaste de la vida… en el fondo, alguna novela negra es eso (Chandler no, claro, Chandler nos enseña a vivir). Yo recargo las pilas así… Gracias por venir y dejar tus palabras. Un abrazo.
Creo que una cosa es bella cuando es capaz de sacar belleza de lo que le rodea. Va más allá de una persona que ilumina una habitación con su sonrisa y esas cosas que se dicen.
Es tan simple como una flor. Es tan simple como un interruptor.
Y sí, es subjetivo. Si uno no es honesto se deja llevar por la supuesta belleza estética y punto, sin ser capaz de ver en ella la belleza que ésta puede generar.
He dicho.
=P
Cuentas todo tan bien, es más, tan dentro de un «orden» de actividades, siguiendo un orden, que nunca me dejas la posibilidad de organizarte la vida a partir de algún cabo suelto. Deberías dejar algo para que los demás desearan ser un tú cualquiera. Una ayudita no te vendría mal. y que las depresiones tomen cuerpo.
Perdón por el poeta.
Besos
@Tona Pou. Lo que es útil es bello, precisamente porque es útil… puede, no lo había pensado, pero tal vez tengas razón. El agua es necesaria, el oro no. La belleza del agua es muy superior a la del oro… y tal vez sea porque cumple una función y por ninguna otra cosa… Sí, Tona, has dicho y, como siempre, ¡lo has dicho bien! Nos vemos pronto (espero) 😉
@tomas rivero. Tengo tendencia a perdonar a los poetas. Sobre todo en primavera. Luego ya, el resto del año, les perdono menos. Saludos.
¡Hola! ¿Ha pasado por aquí Miss Lizzy Bennet? Parece que te hayas pasado la noche conversando con ella. Y creo que ella te ha ayudado a escribir este post, no lo niegues. Hoy es buena hasta la música; por fin, algo bueno, para mi gusto. ¡Y no digamos la foto! Pensar, sentir, hacer. Verdad, belleza, bondad. Ojalá fuera así. Pero ¿y si la vida consiste en hacer añicos el lazo que trenza todo eso? ¿Y qué pasa cuando hay verdades que es mejor ignorar? O cuando «las peores trampas son las que se pone uno mismo». Creo que esa incierta idea de destino de la que hablas es tan oscura que mejor no pensar mucho. O hay que ser tan fuerte como Lizzy Bennet para plantearse las cosas como tú dices.
@Enrique. Pues no, Enrique, la vida no consiste en hacer añicos nada, la vida es construcción y tampoco hay que tomársela demasiado en serio… que una cosa es intentar vivirla intensamente y otra muy distinta olvidarse de cómo acaba la historia y sufrir por cualquier minucia. No creo que haya que ser tan fuerte, solo hay que aprender a tomarse con humor los errores subsanables ¿no te parece?
Confesaré que he pasado la noche de cháchara con Lizzy Bennet si tú nos cuentas lo que has estado hablando con Marlowe… sobre las trampas y eso, quiero decir.
Y, por cierto, sí, la foto no está mal…
A mí me vas a perdonar todo el año. Con esta biografía, me lo he ganado. El perdón y el año.
Sabes que no hay maldad en el poeta. Tan solo ganas de ver desde el otro lado de las cosas.
Saludos y besos.
@tomas rivero. 🙂
Ya he apuntado en mi manual de estilo la frase de dar agua y no oro (el agua es el bien más necesario del mundo y también el más desconocido), porque creo que la mayoría de las veces estamos ayudando mal a quienes lo necesitan. La bondad, realmente, es la virtud más difícil de practicar.
Una magnífica tarde de lunes en compañía de tus textos. Puede que lea algo de Andreu Martín si cae en mis manos (el libro, no el autor), ya que de leer a Chandler no tienes que convencerme.
Un abrazo, niña.
Ug
Quin gran post, Francesca! Com a compensació, et dedico el següent poema, a tu i als que somien:
El plugim dels dies grisos d'hivern, cau en silenciosos fiblons de glaç
s'escola més enllà del cuir gruixut de la jaqueta
arriba al cor, sí , ben endins
forma bassals de malenconia
on XIPollegen somnis que no es compleixen
on suren inertes aquelles paraules que no es van pronunciar
on s'ofeguen alguns sentiments; no els trobaré a faltar, crec.
La deessa de la nit s'amaga, a poc a poc, rere una cortina d'albada,
el seguici parpellejant es retira lentament entre el vel de boira
tinc el cos xop; l'ànima seca, les sabates de goma foradades
m'imagino un destí qualsevol
tant se val quin.
Em queda res?
Ens queda res?
Hi ha quelcom a l'abast que no es pugui esvaïr?
Sí, potser sí.
Ara i sempre, una passa rere l'altra
em parlen i les escolto, em guien i em deixo portar
em diuen quelcom, sí, les sento
amb un soroll rítmic i esmorteït, sí, em xiuxiuegen:
Encara ens queda el camí.
«Encara ens queda el camí», Jordi Cornet
@Tío Eugenio. ¡Hola Ug! Estoy completamente de acuerdo contigo, ayudamos poco y, lo peor quizás, ayudamos mal.
Andreu Martín no es Chandler… ¡nadie lo es!, pero creo que puede gustarte. Es novela negra de aquí, pero sin obsesionarse por los localismos (lo siento, pero no me gusta demasiado esa obsesión por describir su propia ciudad nuestros escritores)… si no te espanta la sangre literaria, puede ser una buenísima opción para uno de esos fines de semana en las que la tarde pide lectura…
Me encanta verte por aquí y leerte en tu casa. Gracias por venir. ¡Un abrazo!
@Xavier Lasauca i Cisa. Quina alegria trobar-te per aquí! no imaginava que em llegies!
Gràcies per la poesia, és una meravella i s'adiu molt bé amb el que explico, oi? He remenat per Google i sé que l'ha escrit un estudiant de documentació… tota una descoberta!
M'agrada molt veure't per aquí… he fet esment del grup de valents somniadors de la XiP i has vingut… les ones del gran núvol tenen poders màgics! 🙂
Una abraçada, Xavier, ens veiem aviat!